La inversión extranjera en España

Los fondos 'buitre' americanos desembarcan con fuerza en España

OLGA GRAU
BARCELONA

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L os grandes fondos de inversión estadounidenses, algunos de los cuales también denominados fondos buitre por su agresividad, se mueven por todo el mundo a la caza de oportunidades de inversión a gran escala. Su estrategia se basa en comprar activos a precios muy rebajados, mantenerse en el capital periodos de tiempo de entre cinco y siete años, y desinvertir con enormes ganancias.

Mueven billones de dólares porque son el ahorro del mundo. El dinero que invierten procede a su vez de fondos de grandes compañías de seguros, de pensiones, fondos soberanos y grandes fortunas desde Asia hasta América Latina. El dinero nunca está quieto. «Cada día estos fondos invierten en alguna parte del mundo, preferentemente en países que atraviesan dificultades. En los momentos de crisis importantes, hay dos sectores que despiertan interés: el financiero y el inmobiliario», explica un alto directivo bancario español.

En el 2007-2008, estos fondos se lanzaron en picado sobre California, compraron grandes carteras de créditos y de inmuebles, en una de las zonas donde la burbuja inmobiliaria de EEUU más se había cebado. Los mismos fondos fueron rastreando la estela de la crisis y desembarcaron en Irlanda, en el 2012, para alimentarse de los restos del ladrillo y de la reestructuración financiera.

LA HORA DE ESPAÑA/ Ahora le toca el turno a España. En los últimos meses, los fondos buitre han cerrado varias operaciones que anticipan que la economía española está a punto de tocar fondo. La más reciente, el lunes, la protagonizó Apollo Management International, que maneja a nivel internacional 113.000 millones de dólares en fondos de capital riesgo, crédito e inmobiliario en nueve sectores. NovaGalicia Banco le ha traspasado su filial EVO por 60 millones de euros. Se trata de la primera operación en la que un fondo de estas características se hace con un banco en España.

Esta operación se suma a los traspasos en el último mes de las plataformas inmobiliarias de Bankia a Cerberus; de Catalunya Banc a Kennedy Wilson y Värde Partners; y del 51% de Servihabitat (La Caixa) a TPG. El pasado diciembre, Banesto vendió su filial inmobiliaria Aktua al fondo Centerbridge por 100 millones. Todos ellos tienen tres cosas en común: son fondos estadounidenses, han contratado personal en España y creen que es el momento de invertir en el país.

«No hay ruptura del euro, la prima de riesgo española se ha relajado, no hay crédito en España, los precios se están ajustando y ellos tienen mucho dinero. Es la combinación perfecta, por primera vez se dan las condiciones idóneas para que estos fondos entren en el mercado español», explica Oscar de Santiago Torrente, socio de Garrigues y experto en los sectores financiero e inmobiliario.

Estos fondos han entrado en una primera fase comprando plataformas inmobiliarias (no el ladrillo, que sigue en la Sareb o en los balances de la banca). Estas gestoras son interesantes por dos razones: tienen equipos especializados y tienen los contratos de gestión firmados con el banco malo (excepto Servihabitat).

En una segunda fase, según los expertos, algunos de estos fondos realizarán compras masivas de créditos y de activos en manos de la banca sana para gestionarlas a través de estas plataformas. «Hay un creciente interés en conocer nuestra cartera, tanto por parte de fondos que están ya presentes en España como algunos que vienen de nuevo», explican fuentes de la Sareb.

CRÉDITOS SINDICADOS/ Paralelamente, estos fondos también están sustituyendo a la banca en operaciones de financiación a empresas, que por lo general se firman con mucha discreción. «Ante la falta de crédito, hedge funds y fondos buitre están sustituyendo a la banca en créditos sindicatos y en financiación a empresas españolas, con tipos de interés que pueden oscilar entre el 8% y el 10%. Si el empresario tiene un proyecto y nadie le financia es lógico que busque alternativas», explica un alto directivo de una gran empresa.

Una de los ejemplos más recientes ha sido el préstamo de 320 millones de euros del fondo Kohlberg Kravis & Roberts & Co. (KKR), a Uralita, concretamente a una filial de aislamientos del grupo que se llama Ursa. «La banca ha dejado de dar crédito y nosotros podemos hacer este papel», explica un portavoz de KKR en España. Con la operación lo que hace Uralita, que mantenía una deuda al cierre de 2012 de 360 millones de euros, es sustituir a la banca acreedora por KKR. Un modelo que muchas empresas industriales estudian ante el abandono de la banca tradicional. BBVA colocó a través de Barclays su cartera de créditos a Prisa a tres fondos buitres, entre los que se encontraba Cerberus

KKR, cuyo primer ejecutivo en España es Julio Olmos, ha invertido 800 millones de euros en los dos últimos años para entrar en Uralita, Saba Infraestructuras, la fotovoltaica T-Solar y el proveedor de servicios aéreos de emergencia Inaer. El fondo «busca más oportunidades», afirma un portavoz.

Los expertos del sector coinciden en «España es un mundo de color» para los fondos en busca de oportunidades. «En el mercado hay que entrar antes de que esté bajo del todo, quizás los precios puedan bajar algo más, pero el mercado siente que España ya está tocando fondo», explica un banquero.