CUMBRE ECONÓMICA CON POCA ECONOMÍA

El G-20 llama a adoptar el plan sobre fiscalidad de las multinacionales ya en el 2016

El secretario general de la organización de países desarrollados OCDE, Ángel Gurría, en Antalya, Turquía.

El secretario general de la organización de países desarrollados OCDE, Ángel Gurría, en Antalya, Turquía. / periodico

ROSA MARÍA SANCHEZ / ANTALYA (enviada especial)

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Dos años después de haber iniciado sus trabajos para frenar la elusión fiscal que practican las multinacionales  elusión fiscal que practican las multinacionalesen el mundo, el G20 ha dado ya el disparo de salida para empezar a adoptar las medidas. “Ha llegado el momento de implementar las medidas”, proclamó ayer el secretario general de la organización de países desarrollados OCDE, Ángel Gurría,  en la cumbre de dos días que los 20 líderes de las principales economías del mundo (desarrolladas y emergentes) finaliza este lunes en Antalya (Turquía).

A partir de 2016, se  podrán firmar los primeros acuerdos bilaterales entre los 90 países  que se han adherido a los trabajos liderados por la OCDE y el G20 para la lucha contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS por sus siglas en inglés).

Bajo este programa BEPS se han desarrollado un total de 15 medidas con el fin de limitar los «vacíos normativos» existentes a nivel internacional que permiten que los beneficios de las empresas «desaparezcan» o sean trasladados artificialmente hacia territorios de baja o nula tributación, en las que se desarrolla una escasa o inexistente actividad económica. Las estimaciones más prudentes indican que los resultados de BEPS se traducen en unas pérdidas globales de recaudación en el ámbito del impuesto sobre sociedades de entre el 4% y el 10%, es decir, de 100 a 240 mil millones de dólares estadounidenses al año en todo el mundo.

DÉCIMA CUMBRE DEL G20

El impulso del proyecto BEPS es uno de los avances de la décima cumbre del G20, que este lunes finaliza en Turquía, en la ciudad turística de Antalya. El contenido estrictamente económico de estas cumbres ha pasado a un segundo plano en esta ocasión, tras los atentados de París.  No obstante, la agenda  económica del G20 ha seguido su curso, aunque a duras penas y se ha logrado dar un nuevo impulso a los temas propios de estas cumbres desde el 2008, cuando los líderes mundiales empezaron a buscar una mayor coordinación de sus políticas  económicas para afrontar el estallido de la  crisis financiera.

El grupo de los 20 concentra el 66% de la población mundial, que representa el 90% de la economía y el 80% del comercio global. Lo integran las economía desarrolladas de Australia,  Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, junto a las autoridades de la Unión Europea, y las principales economías emergentes: Argentina, Brasil, China, India, Indonesia, México, Corea, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía. España acude al G20 en calidad de invitado permanente. También serán invitados en el G20 de Antalya los países de Azerbaijan, Malaysia, Senegal, Singapore y Zimbabwe.

LA ECONOMÍA, EN SEGUNDO PLANO

Estas son algunas de las cuestiones económicas que han pasado a segundo plano, desbordadas por el protagonismo del terrorismo internacional:

  • Débil crecimiento mundial: El Fondo Monetario Internacional está preocupado por el débil e incierto crecimiento de la economía mundial. Preocupa sobre todo la debilidad de las economías emergentes afectadas por el parón de China  y la caída de precios de las materias primas (en especial, el petróleo).
  • Guerra de divisas: La próxima subida de  tipos de  interés en EEUU y las devaluaciones del yuan chino en agosto han desatado una mayor volatilidad en los mercados financieros, en perjuicio de las economías emergentes, muchas de las cuales han entrado en una senda de depreciaciones competitivas que amenazan con un entorno de guerras de divisas.
  • Too big to fail (demasiado grandes para caer): El G20 ha respaldado los trabajos del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB por  su sigla en inglés) para dotar de una mayor resistencia frente  a futuras crisis a las entidades financieras catalogadas como Too big to fail (un total de 30 en todo el mundo, entre ellas, el Santander).  A todas ellas el FSB les exige un nivel de capital del 18% sobre los activos ponderados por riesgo en el 2022.
  • Banca en la sombra: Desde el estallido de la crisis financiera, el G20 está comprometido con un mayor nivel de regulación en el sector financiero distinto del sector bancario tradicional (fondos de inversión,hedge funds y otros). Según el FSB, la financiación proporcionada por la banca en la sombra creció en 2.000 millones de dólares en el 2014 hasta alcanzar un peso de 80.000 millones de dólares.
  • Comercio: Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), los países del G20 siguen imponiendo medidas proteccionistas y restricciones al comercio internacional.
  • Corrupción: La oenegé Transparencia Internacional denuncia que los gobiernos del G20 han incumplido el compromiso adoptado el año pasado  en la  cumbre de Brisbane para atajar el lavado de dinero y acabar con el secretismo financiero.

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