el horizonte tras el 'dieselgate'

¿Qué pasa con el diésel?

Motor diésel V6 de Volkswagen en el modelo Amarok.

Motor diésel V6 de Volkswagen en el modelo Amarok. / JULIAN STRATENSCHULTE

Xavier Pérez

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Los que vaticinaban un páramo en la industria del automóvil tras el escándalo del dieselgate parece que se van a quedar con un palmo de narices. O no. Lo que sí es cierto es que las marcas del sector han cerrado filas y se han volcado en el desarrollo de nuevas tecnologías capaces de solventar el problema de las emisiones, llámese hibridación, electrificación o catalización eficiente. Todos han tomado nota de la problemática del diésel, obviamente unos más que otros, y el debate sobre su eficiencia o su desaparción está al orden del día.

La legislación se está echando encima de los fabricantes en lo referente al control de las emisiones y a las pruebas de medición. Ha entrado en vigor el ciclo WLTP (World Harmonized Light vehicles Test Procedures) que mide en condiciones reales de uso centrándose en el consumo y el CO2 , aunque debería ahondar en el NOx. Las partículas que emiten los diésel es cierto que son más perjudiciales para la salud. Desde 2017 la normativa europea establece 168 miligramos de NOx por kilómetro, y en 2020 debe ser de 120 miligramos.

De popular a demonizado

El diésel se popularizó en los años 90 presentándose como una alternativa real y económica a los motores de gasolina. La mayor autonomía y el precio asequible del carburante hizo de reclamo. El aumento de los vehículos diésel, cada vez con mayores prestaciones con los bloques HDi y TDi, llegó a suponer que el 70% del mercado español se moviera con propulsores de gasóleo.

Pero tras el dieselgate, que estalló en el 2015, el guion cambió. La opinión pública reaccionó y la demonización del diésel por parte de las administraciones empezó a cavar una fosa de proporciones desconocidas. En enero del año pasado, los coches diésel representaban el 52,7% del mercado, pero en diciembre la tendencia ya se había invertido y los de gasolina suponían el 50,7%. Y la caída sigue. En abril de este año, la cifra de matriculaciones de coches de gasolina llegó al 57,4%, mientras que la de los diésel bajó al 36,7% (el resto son vehículos híbridos y eléctricos).

Parece que el diésel está controlado, cayendo, pero como efecto colateral merece la pena apuntar un dato. Al descender el número de motores de gasóleo es posible que las partículas (PMA) y la cifra del NOx hayan bajado, pero eso también ha implicado un incremento de tres décimas de las emisiones de CO2. Entonces, ¿acabar con el diésel es la solución? 

La apuesta de los fabricantes

Si observamos las últimas propuestas de los fabricantes encontraremos varias líneas de evolución del diésel. Por un lado están las marcas asiáticas como Nissan, Toyota, Hyundai, Kia y Mitsubishi que ya han mostrado públicamente su intención de ir renunciando al gasóleo. Nissan está inmersa en el proceso de electrificación, siendo una de las marcas 'evangelizadoras' del coche eléctrico. Hace unas semanas anunció que su modelo X-Trail ya no ofrecería motores diésel en su gama. En el resto de modelos la desaparición será gradual.

Toyota, pineros en hibridación, ya ha descartado a partir de ahora el diésel en el Yaris y el Auris, a los que seguirán el resto de la marca. Lexus renunció al diésel hace cinco años y propone hibridación totalSubaru también decidió prescindir del gasóleo. Hyundai tampoco monta diésel en su nuevo i20. Otras marcas como Volvo ya han anunciado su camino a la electrificación y la berlina S60 ya no montará bloques de gasóilOpel tampoco ofrecerá diésel en el nuevo Corsa que se fabricará en Figueruelas (España). Renault no propone diésel en el Twingo y pronto dejará de hacerlo en el Clio. El grupo Fiat-Chrysler anunció que en 2022 dejará de emplear motores de gasóleo.

Rebajar el nivel de NOx

Pero no todos quieren abandonar el gasóleo de inmediato. Desde Bosch (el mismo proveedor de las centralitas que enmascabaran las emisiones en el dieselgate) apuntan que con las nuevas tecnologías se ha conseguido rebajar a solo 13 miligramos de NOx por kilómetroMercedes-Benz no quiere irse del diésel por ahora y anunció recientemente una inversión de 3.000 millones de euros en nuevos motores de bajas emisiones. 

El grupo Volkswagen (quien más palos ha recibido ya que con ellos empezó el escándalo) quiere dar un giro electrificado a su futuro, y de hecho ha empezado a racionalizar el uso del diésel en algunas marcas. Skoda ha empezado con el Fabia, que ya no ofrece propulsores de gasóleo en su gama. Las llamadas a revisión de modelos diésel de las marcas del grupo alemán sigue produciéndose. El pasado viernes las autoridades alemanas reclamaron la revisión de 60.000 coches de Porsche (Cayenne y Macan). La marca anunció en marzo que debaja de ofertar propulsores diésel en su gama de modelos.

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