MWC

La tecnología conquista a los jovenes

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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Laura tiene 15 años y quiere ser fotógrafa porque le gusta Instagram. Pablo tiene 16 y le tiran los videojuegos. Ellos, como la mayoría de los 20.000 alumnos de escuelas catalanas que van a pasar por el Yo-Mo, el festival joven del Mobile World Congress, viven pegados a algo que antes solo era un teléfono y ahora es el centro de comunicación y diversión. Son la generación más conectada de la historia pero eso no implica que conozcan cómo se ha creado.

A veces hay que volver a los orígenes. La facultad de Ingeniería de Telecomunicaciones de la UPC lo ha visto claro y ha propuesto una actividad que consiste en descifrar mensajes. Si el cifrado es clave en las comunicaciones actuales, por qué no empezar por los romanos y recordar cómo se difundían mensajes enrollados que solo colocados en cilindros con el diámetro correcto permitían leer el contenido.

O recordar que los murales románicos como los que exhibe orgulloso el vecino Museu d'Art de Catalunya, se pintaron con minerales rallados diluidos en huevo, como recuerda con su actividad el Exploratori de Recursos de la Natura. O que con cinta adhesiva y un grafito se transmite energía, como mostraba el Institut de Ciències Fotòniques, que anima a los adolescentes a crear aplicaciones para una ciudad futura.

REALIDAD VIRTUAL

"Es muy chulo", comentaba emocionada Iris, de 15 años, sobre la pintura primitiva. Había sin embargo quien solo veía sangre cuando le mostraban en realidad virtual el funcionamiento del sistema sanguíneo, o quien se amorraba al videojuego retro y no lo entendía como una muestra de lógica primitiva. Pero daba igual, compensaba que María, de 15 años, se emocionara haciendo un sudoku de volúmenes del Museu de Matemàtiques de Cornellà  mientras anunciaba que ella iba a estudiar "alguna cosa de ciencias".

Y es que ese es el auténtico propósito del Yo-Mo: fomentar las vocaciones hacia carreras de ciencia y tecnología. "Se ha quedado mucha gente fuera. Abrimos la inscripción en otoño y se colapsó enseguida. Tuvimos el doble de solicitudes que las plazas que teníamos previstas. Esto nos anima para que el año próximo sea mejor y más grande", explica Albert Fons, director del programa M-Schools de la Mobile World Capital.

MÚLTIPLES ACTIVIDADES

Son más de 200 actividades que organizan instituciones universidades, empresas y centros de investigación para enseñar lo que hacen y buscar relevos de futuro. Pero sobre todo para hacerlos reflexionar sobre el mundo en que viven. Como la UPF, que ha montado una actividad para mostrar con microscopios los efectos que producen las drogas en cerebros de ratones y que dejaba a los asistentes impresionados.

Hasta Ferran Adrià se ha apuntado a la iniciativa aunque solo para grabar un vídeo con chavales para promocionar un libro de cocina que acaba de editar con Disney y Marvel. O Fundació La Caixa, que muestra los efectos del big data a profesores y alumnos. También los ‘makers’ eran protagonistas con impresoras de EntresD o talleres del Ayuntamiento de Barcelona. Los Ateneus de Fabricació Digital enseñaban para cómo conseguir vídeos con hologramas como los que pueblan Youtube a partir de una pirámide construida con plástico.

Y es que solo tanto ingenio acumulado --somos enanos a hombros de gigantes, decía el filósofo Bernardo de Chartres-- ha permitido llegar a crear robots que hablan y entienden o entornos de realidad virtual como los que estimulan a los chavales. «Hemos visto en las gafas de realidad virtual cómo trabajaban escuelas en países donde no hay internet ni ordenadores ni nada», comentaba impresionada Laura, de 16 años. Algo impensable para ellos.