ESCÁNDALO EN EL AUTOMÓVIL

La Fiscalía alemana registra la sede central de Volkswagen

La investigación pretende encontrar a los responsables del fraude de los motores

El logo de Volkswagen, en la sede central de la compañía, en Wolfsburgo.

El logo de Volkswagen, en la sede central de la compañía, en Wolfsburgo. / AFP / RONNY HARTMANN

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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El cerco sobre Volkswagen es cada vez más estrecho. La investigación para destapar el escándalo de la manipulación de sus vehículos para esquivar los controles medioambientales dio ayer un paso más cuando la Fiscalía alemana ordenó registrar varias sedes del gigante automovilístico, entre las cuales se encontraba la central en Wolfsburgo, y domicilios de trabajadores de la compañía.

La decisión de la corte de Braunschweig, al norte del país, se tomó para intentar conseguir más información sobre el presunto fraude del trucaje de los motores diésel. Los registros, que se efectuaron directamente ayer sin previo aviso, podrían acarrear duras consecuencias penales para los culpables.

Aunque en un principio se apuntó que las investigaciones se centraban en el expresidente de la compañía, Martin Winterkorn, que dimitió tras conocerse el escándalo, la fiscalía aclaró que se dirige a descubrir los directivos e ingenieros responsables del software tramposo.

El pasado 28 de septiembre el ministerio fiscal ya abrió diligencias contra Volkswagen tras considerar que detrás de la manipulación de hasta 11 millones de vehículos para saltarse los controles de homologación sobre emisión de gases contaminantes podría haber un hecho delictivo. De las muchas denuncias que el organismo recibió también había una de la propia Volkswagen, que ayer reiteró su apoyo a las investigaciones fiscales.

PREOCUPACIÓN DE LA PLANTILLA

El ministro de Economía y vicecanciller, Sigmar Gabriel, se reunió ayer con representantes del comité de empresa para conocer mejor las investigaciones y expresó su preocupación por el futuro de los 600.000 empleados que trabajan en todo el mundo. El Gobierno alemán no ha ocultado su alarma por el escándalo ya que es una seria amenaza a la industria del automóvil, uno de los buques insignia de la economía del país, y por eso pidió que no se abriera un «debate general» sobre ese sector. La debacle de su principal motor exportador supondría un lastre pare el Ejecutivo de Merkel difícil de enderezar.

Mientras la Fiscalía alemana daba ayer ese importante gesto, otros países como Francia o Estados Unidos siguen con sus investigaciones paralelas para descubrir como la principal compañía automovilística del mundo engañó a sus usuarios y a las agencias de protección medioambiental. Por otra parte, España se ha mostrado más pasiva y hasta la fecha no se ha iniciado ninguna investigación oficial en el país.

INVERSIÓN EN SEAT

Como consecuencia del escándalo, siguen en el aire las inversiones en Seat, sobre las que el conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig, aseguró que confía en que se materialicen aunque quizá «no en toda su dimensión». Puig explicó, en Rac 1, que las inversiones que se revisarán «serán posiblemente las que se consideren prescindibles», a la vez que apuntó que «otra posibilidad es que se revisen los calendarios previstos» para los nuevos proyectos en la marca Seat y la fábrica de Martorell, que suman 3.300 millones hasta el 2019.