Las reformas del Gobierno español

España devuelve 1.300 millones de los 41.333 del rescate bancario

MONTSE MARTÍNEZ
BRUSELAS

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España, temerosa de que Bruselas le aseste un varapalo por su reciente reforma fiscal, se esfuerza en hacer los deberes y en demostrar que la economía mejora: devolverá voluntariamente de forma anticipada 1.300 millones del total (41.333 millones) del préstamo recibido en el año 2012 para rescatar al sector bancario.

El Gobierno anunció la intención del reembolso el pasado mes de junio, pero no fue hasta ayer cuando llegó la aprobación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) -organismo que proporciona ayuda financiera a los países de la zona euro en dificultades-. El director general del MEDE, Klaus Regling, aplaudió la iniciativa de devolver una cantidad «pequeña» y calificó la decisión de «buena y sabia», ya que lanza «un mensaje positivo a los mercados».

Sin embargo, teniendo en cuenta el discreto montante del reembolso, la decisión del Gobierno español ha sido considerada un gesto de buena voluntad, primero, y  un intento de demostrar que la recuperación toma forma, después. Es digno de mención el hecho de que el reembolso se haya llevado a cabo después de la exitosa venta de acciones  de la reestructurada Bankia.

«Es la primera vez que un país de la zona euro que se ha beneficiado de un programa de asistencia financiera solicita un reembolso antes de lo previsto», remarcó Regling para regalarle los oídos al Gobierno español aunque, a renglón seguido, recordó que las obligaciones de la devolución se prolongan hasta el 2027.

MÁS CONFIANZA / «La iniciativa de España -añadió el director general del MEDE- confirma que la reestructuración del sector bancario ha sido un éxito, los bancos españoles han alcanzado una posición sólida y fuerte, se está volviendo al crecimiento y los inversores han recuperado la confianza en España».

España está poniendo todo su empeño en demostrar ante Bruselas que la economía está remontando y que las reforma fiscal recién aprobada, que Bruselas no ve con buenos ojos al considerar que compromete los ingresos del Estado en el 2015, no está reñida con el cumplimiento de los objetivos de déficit.

Los ministros de Economía de la zona euro consideraron ayer «prioritario» reducir la presión fiscal sobre el trabajo para potenciar el crecimiento, auque consideraron que cualquier reducción de ingresos debe compensarse. Esto puede lograrse mediante recortes de gasto o trasladando la carga fiscal a fuentes de ingresos que perjudiquen menos al crecimiento como los impuestos al consumo, los impuestos recurrentes sobre la propiedad y las tasas medioambientales. Y esto es precisamente lo que no ha hecho el Gobierno español en su reciente reforma fiscal.

Tanto el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, como el comisario de Asuntos Económicos, Siim Kallas, evitaron ayer entrar a valorar la reforma tributaria española. No será hasta el próximo otoño cuando se pronuncien de forma explícita sobre la decisión de no seguir las recomendaciones de Bruselas que aconsejan subir el IVA.