ENERGÍAS VERDES

España cae a la cola de Europa en nuevos parques eólicos

El crecimiento de la potencia instalada fue en el 2014 el menor en 20 años

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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De líder al furgón de cola. España se desplomó en la clasificación de potencia eólica nueva instalada en el 2014, con apenas 27,5 megavatios (mw), «el menor crecimiento en 20 años», según denuncia la Asociación Empresarial Eólica (AEE).

Solo Bulgaria, la República Checa, Lituania y Estonia, si se excluyen los países que no se instalaron nada, están por debajo. En cambio, Alemania y el Reino Unido acumulan casi el 60% de los nuevos aerogeneradores instalados en Europa, denuncia esta organización, que atribuye el declive de esta industria a la reforma energética del Gobierno.

Estos cambios, agregan han provocado que «más de la mitad de los parques eólicos no cubran los costes marginales de generación» y todos los construidos antes del 2004, que suman más de 6.000 MW y son más de 300 parques, se queden sin un incentivo a la producción.

Aunque se mantiene segunda de Europa y cuarta de mundo con una potencia eólica total de 22.986,50 MW al cierre del pasado ejercicio, lo cierto es que, además de Alemania, consolidada como líder europeo; y el Reino Unido, otros países han empezado a pisar el acelerador, como es el caso de Italia o la tradicionalmente nuclear Francia. La patronal europea EWEA considera que España «es el mejor ejemplo» existente «del impacto negativo de la incertidumbre política, regulatoria y de mercado que invade Europa». Como consecuencia de esta política, se ha quedado al margen de un negocio en el que el año pasado en Europa se movieron 18.700 millones de euros, dice la AEE. Mientras que a escala mundial, tras el parón del 2013, se instalaron 51.477 MW, el 44% más, el país «corre el riesgo de perder el liderazgo si el resto de países apuestan con fuerza por el sector mientras España fomenta su parálisis».

Catalunya es un buen ejemplo de estos efectos. El año pasado no se instaló ni un solo MW y se ha perdido desde el 2008 en torno al 30% del empleo en esta actividad, explica Víctor Cusí, presidente de Eoliccat desde hace unas semanas en sustitución de Miquel Cabré. En toda España, la AEE estima que desde el 2008, cuando empezaron la primeras reformas, entonces del Gobierno socialista, se ha perdido la mitad del empleo.

Uno de los objetivos de Eoliccat consiste en convencer a la Generalitat de que elabore un nuevo mapa eólico, que no se realiza desde el 2002; y es imprescindible para definir las zonas en las que se pueden instalar parques. Del concurso eólico de 769 MW convocado por el tripartito en el 2010 solo está previsto que prospere uno de los 19 parques que se adjudicó Gas Natural-Alstom, tras paralizar el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya la licitación hace cuatro años.

Objetivo 2020

El panorama es sombrío, pero el Gobierno confía en alcanzar el objetivo europeo de consumo a través de energías renovables en el 2020, tal como recoge el Ministerio de Industria en su planificación. Eso requerirá instalar entre 4.553 y 6.473 MW eólicos en seis años e invertir entre 6.000 y 8.700 millones para alcanzar los 29.500 MW previstos.

Eso, según la patronal del sector, «es imposible con una regulación retroactiva que permite modificar las condiciones económicas cada seis años sin que se conozca la metodología que se utilizará». La industria alerta de que solo hay dos opciones: invertir en parques sin ningún incentivo, para lo que no consta que haya proyectos; o que el Gobierno lance subastas con incentivos a la producción. Y no lo ha hecho aún.

A este paso, el 2015 será un nuevo año en blanco para esta industria y el 2016 también podría serlo. La única forma de llegar al objetivo del 2020 sería alcanzar instalaciones anuales como en la época del boom. Y eso, avisan desde el sector, sería un contrasentido en un país que aplicó los recortes al sector para pinchar la burbuja que se había creado.