Intangibles @jesus_rivases
Días de paro -algo menos- y muchos cambios
Jesús Rivasés
Periodista
JESÚS RIVASÉS
Martes de paro justo al principio de una nueva era tras la abdicación ayer de don Juan Carlos, que concluirá con la inminente proclamación de don Felipe como rey de España. Martes de paro, pero de menos paro, porque hoy se conocerán de forma oficial los datos del paro registrado en Servicios Públicos de Empleo Estatal (SEPE), dependientes del Ministerio de Empleo que dirige Fátima Báñez.
Felipe VI llegará al trono con un país doliente que lucha para salir definitivamente de la crisis económica, pero también en el que por primera vez en mucho tiempo el paro parece que comienza a remitir de forma más consistente. No es ningún secreto. El Gobierno, que conoce los datos del paro registrado todos los días a primera hora cuando la ministra Báñez recibe un SMS con la cifra exacta, ha dejado indicios más que evidentes de que ha sido un buen mes para el empleo. También lo fue mayo del 2013, con una bajada del paro registrado de 98.000 personas.
Ahora, todo indica que este mayo ha sido incluso mejor, sobre todo en afiliaciones a la Seguridad Social, quizá el dato más concluyente. En este caso, si la rumorología interesada acierta, las afiliaciones podrían haber aumentado en alrededor de 120.000 ó 130.000 personas, lo que no impide que la cifras absolutas de parados registrados, que estarán entre los 4,5 y 4,6 millones de personas, todavía sean tan dramáticas como impresentables. Diga lo que diga el Gobierno, la tragedia del paro en España es el primer y más importante problema del país. Todo va mejor, pero no es menos cierto que el camino que queda es largo y difícil.
Tiempos nuevos, que empiezan ahora mismo, que ya han empezado y que provocarán cambios. Es inevitable. La ceremonia mensual del anuncio de los datos del paro registrado también tendrá que cambiar, antes o después. El método actual es anacrónico, entre otros motivos por el hecho de que los datos están disponibles casi en tiempo real y SEPE tiene cifras precisas al final de cada jornada, que es la que, desde hace muchos años, facilitan todos los días a primera hora al ministro del sector del turno, desde los tiempos del socialista Jesús Caldera e incluso desde antes, en la época del último Gobierno de Aznar. Nada impide -salvo una decisión política- que SEPE publique, por ejemplo en su página web, esos datos todos los días, con la variación diaria. La novedad generaría un pequeño revuelo, pero pasadas un par de semanas, todo se reduciría a una aburrida transparencia institucional. La publicación diaria de esos datos, que no representa ninguna complicación para SEPE, y además también acabaría con la polémica mensual -Gobierno y oposición- sobre si son buenos o malos. Días de paro y cambios. El Rey ha abdicado, ¡viva el Rey!
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