El Deutsche Bank cae a mínimos en bolsa y arrastra a la banca en Europa

El cuartel general del Deutsche Bank, en Fráncfort, fotografiado al anochecer.

El cuartel general del Deutsche Bank, en Fráncfort, fotografiado al anochecer.

Carles Planas Bou / Berlín

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Si hay malas notícias para el Deutsche Bank, hay malas notícias para Alemania. El banco de inversión alemán, el más potente del país y uno de los más importantes del mundo, se ha desplomado esta mañana en bolsa con una caída histórica del 7,54% que sitúa ahora su valor en 14.751 euros y el de sus acciones en 10,55 euros, el nivel más bajo en los últimos 24 años.

Este nuevo varapalo bursátil del Deutsche Bank ha arrastrado al sector bancario de toda Europa. A media mañana, el índce bursátil europeo EUROSTOXX estaba en números rojos y presentaba una caída conjunta del 1,86%. Eso ha hecho que otras instituciones financieras del continente hayan sufrido los constantes problemas del gigante alemán. Así, el italiano UniCredit se ha desplomado un 4%, el alemán Commerzbank un 3,9% y el francés Credit Agricole hasta un 2,9%. En España, el IBEX35 también se ha resentido y ha caído un 1,27% hasta los 8.711 puntos. El BBVA ha capitalizado las pérdidas en el parque madrileño con una caída del 3,15%.

El batacazo histórico del DB llega dos días después de que miembros del gobierno alemán asegurasen en el semanario Focus que la cancillera Angela Merkel no se planteaba el rescate de la mayor entidad financiera del país. El medio aseguraba que la líder conservadora, pendiente de las elecciones federales del próximo año, también había declinado entrometerse en los problemas legales que el banco afrenta en Estados Unidos. Poco después tanto el banco como Berlín han asegurado que se trata de "especulaciones".

A pesar del ‘no’ de Merkel, el establishment político alemán está cada vez más preocupado por la debacle del gigamte bancario. Si en el 2015 acusó unas pérdidas estratosféricas de hasta 6.800 millones de euros, en lo que va del 2016 su valor en bolsa se ha desplomado un 52,72%. En su último informe el Fondo Monetario Internacional alertó que el banco que financió el milagro de la recuperación alemana de posguerra es ahora el prestamista de mayor riesgo mundial.

El anus horribilis de la entidad financiera se explica en parte por sus frentes abiertos en los tribunales. A principios de este mes el Departamento de Justicia de los Estados Unidos presentó una demanda por el valor de 14.000 millones de dólares. Ante esa cifra las provisiones de 5.500 millones de euros que reservó en junio quedan cortas. Las malas praxis del banco van desde haber respaldado operaciones con hipotecas basura hasta haber operado de forma opaca en Rusia.

Las cortes investigan si el banco alemán dio información errónea a sus inversores sobre la calidad de los valores hipotecarios que vendió en el país y que terminó desembocando en la implosión del sistema inmobiliario. «El Deutsche no terminará pagando esa cantidad, pero a algunos inversores les preocupa pensar que incluso Berlín está discutiendo la situación de su principal banco del país», aseguró el analista Daniel Regli en declaraciones a Bloomberg.

¿EL NUEVO LEHMANN BROTHERS?

Alemania ha sido la potencia europea que mejor resistió a la embestida financiera del 2008. A pesar de ello, el DB, su principal joya, se enfrenta a una posible quiebra que podría desembocar en otro tsunami económico. Las comparaciones con Lehman Brothers son muchas. El DB parece seguir la misma tendencia bajista que podría abocarla al colapso y su probabilidad de impago se ha acentuado un 150%. La caída en picado de sus acciones lo ilustra.

Además de la presión regulatoria del mercado y la política de intereses bajos impulsada por el Banco Central Europeo (BCE) que tanto desagrada al ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble, el Deutsche Bank se enfrenta a múltiples casos de conducta inapropiada y litigios legales. El banco parece abocado a una tendencia bajista bolsa que podría llevarle al colapso. A sus frentes judiciales se suma un entorno macroeconómico altamente inestable que el Brexit ha acentuado. Además, su alta exposición al mercado de derivados abre una puerta muy peligrosa.