reacciones tras los nuevos cambios en el sistema aeroportuario

Catalunya prepara una ofensiva para lograr la gestión de El Prat

Un pasajero camina por la T-4 de Barajas uno de los días de la huelga de pilotos de Iberia, en diciembre.

Un pasajero camina por la T-4 de Barajas uno de los días de la huelga de pilotos de Iberia, en diciembre. / JUANJO MARTÍN

CRISTINA BUESA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El tono de voz de la mayoría de interlocutores autorizados que ayer se referían al nuevo viraje en la política aeroportuaria española era de desánimo. Desaliento porque ahora tendrán que comenzar de cero, cuando parecía que por fin había calado en Madrid el mensaje de que lo más aconsejable para el éxito de los aeropuertos es que estos se gestionaran de forma descentralizada. Como ocurre en Europa. Pero lejos de abandonarse a ese decaimiento, la sociedad civil catalana comenzó a movilizarse solo 24 horas después del anuncio del Ministerio de Fomento. Y lo hicieron precisamente quienes, cinco años atrás, impulsaron el multitudinario acto del IESE. La cita es mañana jueves.

De lo que se trata es de convencer una vez más al Gobierno, esta vez toca al PP, de que para que Barcelona despegue debe tener sus propias herramientas y que, cuanto más cercanas sean, mejor. Eso es incompatible con las intenciones anunciadas el lunes por la ministra de Fomento, Ana Pastor, que abogó por un esquema centralizado donde, como ha ocurrido históricamente, AENA lleve la batuta. De hecho, fuentes del sector interpretaron el freno en la privatización de la empresa y la renuncia a los concursos de El Prat y Barajas precisamente a una concesión de la ministra a la mayoría de miembros de su gabinete. No en vano muchos de los cargos, algunos de los cuales tomaron posesión ayer, proceden de esa compañía.

DIÁLOGO CON RAJOY / En el Palau de la Generalitat sabían que el Ejecutivo de Rajoy iba a dar marcha atrás en este asunto. Lo admitió el mismo lunes elconsellerde Territori i Sostenibilitat, Lluís Recoder, y ayer se sumó el portavoz del Govern, Francesc Homs, informaRafa Julve. A pesar de conocer las intenciones de Fomento de deshacer los acuerdos que habían alcanzado con el anterior Ejecutivo, CiU se mostró ayer dispuesta a librar batalla aunque con el obligado equilibrio de los pactos que llevan entre manos con los populares. Homs aseguró que «escucharán» los detalles de la propuesta pero advirtió a continuación de que será uno de los asuntos a tratar en el encuentro de la semana próxima entre Mariano Rajoy y Artur Mas. El tema es lo suficientemente importante para eso.

Para no herir susceptibilidades antes de esa reunión, el Govern optará por la fórmula de acompañar a quienes están más libres de ataduras, a quienes no necesitan votos para aprobar presupuestos. Se trata de las cuatro entidades que en su día lideraron el encuentro en la escuela de negocios IESE, el GTI-4: la Cámara de Comercio de Barcelona, Foment del Treball, el Círculo de Economía y el RACC han sido convocados por elconsellerLluís Recoder para demostrar que la reivindicación de una gestión descentralizada de El Prat es unánime.

LA CRISIS NO LO JUSTIFICA / El titular de Territori ha citado a los representantes del GTI-4 en la sede del departamento para cederles el testigo de esta reivindicación. Según ha podido saber este diario, Recoder les invitará a mantener viva la llama de la gestión individualizada para el aeropuerto de Barcelona, es decir, que se decida lo que se decida con Aena, pero que las decisiones acerca de las políticas comerciales o de las nuevas rutas aéreas se tomen desde Catalunya, tal como se pactó en noviembre con la creación de un consejo rector que no llegará a ver la luz.

La Cámara de Comercio ya expresó el lunes su preocupación por el cambio de orientación y ayer lo hizo Foment. La patronal denunció que la crisis económica «no justifica» que se interrumpa el proceso y que es preciso un cambio en la forma de hacer las cosas. Todos estos argumentos tendrán que ponerse de nuevo sobre la mesa y convencer a Fomento de la necesidad de trabajar de otro modo. Otra vez.