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Blancanieves

Olga Grau

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Blancanieves se encarga de las labores del hogar mientras los siete enanitos se van a trabajar a la mina. Los propietarios de la casa acogen a la inocente muchacha, pero a condición de que coja la escoba y barra. El profesor de EsadeCarlos Obesoproyecta esta parte del cuento de los hermanosGrimma sus alumnos de la escuela de negocios para explicar los roles sociales asignados a las mujeres en la historia y que forman parte de nuestro ADN.

Obesoparticipó esta semana en un debate –organizado por la Cámara de Comercio y al que asistí como moderadora– para analizar por qué las mujeres suponen tan sólo un 33% de los estudiantes que cursan másteres de dirección de empresas. Cuando se trata de programas en los que, para acceder, se demanda experiencia profesional de más de 10 años, esta cifra cae hasta el 25%. El tema no es baladí. Básicamente, porque de estos cursos salen las personas que acabarán dirigiendo las grandes compañías.

El análisis de las causas generó debate en un foro en el que participó mucha directiva y apenas cuatro hombres. Recogeré algunos elementos para ilustrar a los que no pudieron acudir.

Las empresas están dirigidas por hombres, cuya prioridad no es dedicar tantas horas a la familia, algo en lo que coincidieron las asistentes por mayoría aplastante. Abundan largas jornadas laborales, reuniones a partir de las seis o siete de la tarde y encuentros en otra ciudad un lunes a la ocho de la mañana, de tal manera que es casi obligatorio subirse al AVE el domingo.

Durante los dos años que dura el MBA, se debe estudiar el fin de semana. Las mujeres se sacrifican más por el marido que cursa el máster y asumen las cargas familiares, pero a la inversa, la cosa no siempre funciona. Luego están los hijos y, al final, la mujer se agobia y renuncia a subir un peldaño en su carrera.

La solución pasa por un cambio social que implique a los hombres. Y para terminar, me quedo con el contrapunto del profesorObeso: «Nosotros podemos

barrer, pero también tienen que dejarnos».