POLÍTICA MONETARIA

El BCE eleva su previsión de crecimiento de la zona euro y retrasa adoptar nuevos estimulos

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, el pasado 9 de junio en Bruselas.

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, el pasado 9 de junio en Bruselas.

ROSA MARÍA SÁNCHEZ / MADRID

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El Banco Central Europeo, BCE, ha decidido este jueves mantener en el precio del dinero en el mínimo histórico del 0% y seguir adelante con su programa de compra de deuda por 80.000 millones cada mes, hasta marzo del 2017 “o hasta una fecha posterior si fuera necesario”. El organismo que preside Mario Draghi también ha decidido mantener la tasa negativa del -0,40%  que cobra a los bancos por sus depósitos.

Y, al menos de momento, se ha optado por no ir más allá en ninguna de las agresivas medidas de política monetaria que el BCE reforzó en marzo pasado ya que, según Draghi, ahora toca “centrarse en la implementación” de las decisiones ya adoptadas que, desde su punto de vista, están resultando “muy eficaces” para la recuperación de la zona euro. No obstante, “si fuera necesario, se actuará con todos los instrumentos disponibles” dentro del mandato del BCE.

La falta de nuevas medidas causó una primera decepción en las bolsas europeas, que reaccionaron descensos que luego se fueron corrigiendo. La bolsa española acabó ganando el 1,06%.

MÍNIMO 'EFECTO BREXIT'

El BCE ha presentado este jueves sus nuevas previsiones macroeconómicas para la zona euro,nuevas previsiones macroeconómicas las primeras tras la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea en el referéndum de junio sobre el ‘brexit’.

El organismo ha revisado una décima al alza su pronóstico de crecimiento para la zona euro en el 2016, cuando la economía de la región se expandirá a un ritmo del 1,7%, frente al 1,6% estimado en junio. Sin embargo, tanto para 2017 como para 2018, la entidad proyecta un crecimiento del PIB del 1,6% en cada ejercicio, frente al 1,7% previsto en junio.

"Aunque la información disponible evidencia la resistencia de la economía de la eurozona, el escenario base sigue sujeto a riesgos a la baja", derivados de la evolución de la economía global y de la incertidumbre política derivada del ‘brexit’la incertidumbre política.

Aún así, el BCE sigue esperando que la recuperación de la eurozona se producirá "a un ritmo moderado, pero sostenido", al tiempo que la inflación avanzará “gradualmente” en los próximos meses. El último dato de inflación de la zona euro (0,2% en agosto) aún está muy lejos del objetivo del 2% que marca la política monetaria del BCE  

INFLACIÓN PROGRESIVA

Los nuevos pronósticos del BCE contemplan una tasa de inflación armonizada del 0,2% al cierre de 2016, en línea con los pronósticos de junio, mientras que el próximo año se situará en el 1,2%, frente al 1,3% previsto con anterioridad, y en 2018 llegará al 1,6%, en línea con el pronóstico precedente, con “ayuda” de la política monetaria del BCE.

Estas previsiones incorporan el efecto de la política monetaria que el BCE cifra en una aportación de 0,6 puntos al PIB hasta el 2018 y en cuatro décimas adicionales de inflación en ese mismo periodo.

TOQUE DE ATENCIÓN

“La política monetaria está contrarrestando los shocks negativos sobre la economía de la zona euro”, ha ponderado Draghi. “La transmisión de la política nunca ha funcionado tan bien como hasta ahora”, según el banquero. El crédito al sector privado crece de forma constante desde el 2014 y “la fragmentación (del crédito) en la zona euro ha terminado”.

Ahora bien, “para recoger todos los beneficios de nuestras medidas otras políticas nacionales y europeas deben contribuir de forma mucho más decisiva” ha vuelto a recordar el banquero. “Las reformas estructurales son necesarias en todo los países de la zona euro” y los países, como Alemania, con capacidad fiscal  deben usarla, según Draghi, para estimular el crecimiento económico.

MENSAJE A LA BANCA

El presidente del BCE también del malestar que produce en el sector financiero la actual política monetaria de bajos tipos de interés. “Somos conscientes de que la actual situación de tipos negativos de interés puede tener consecuencias y retos para los bancos”, ha admitido. Si bien “los bajos tipos de interés no deben ser utilizados como justificación de todo lo que va mal en los bancos hoy”.