Barcelona, ecosistema emprendedor

Barcelona se ha convertido en un ecosistema "natural" de emprendedores. Es una de las conclusiones del debate que han protagonizado varias 'start-ups' radicadas en la capital catalana y que han hecho de la internacionalización uno de sus rasgos durante uno de los actos organizados en el salón 4 Years from Now (4YFN), que se celebra en paralelo al Mobile World Congress (MWC) en Barcelona.

"Hay que tener una visión global desde el inicio", explica Jacint Roca, de Wauki.TV , adquirida en el 2012 por la japonesa Rakuten, y de cuya cúpula forma hoy parte. "Necesitamos creer que los proyectos son globales o no son proyectos", agrega. Es, por tanto, una forma de afrontar el reto. Y Barcelona, además, tiene ingredientes que facilitan hacerlo, según Philippe Gelis, de Kantox. "La calidad de vida y el hecho de que las cosas son más baratas" que en otros sitios donde también existe caldo de cultivo para instalarse son dos de las variables esenciales, asegura. En esto coinciden quienes no son naturales de la capital catalana.

En la tercera edición del 4YFN han participado unas 440 'start-ups' y unos 500 inversores, muchos de los cuales tienen perfil internacional, el doble que el año pasado. Por el salón han pasado 12.500 visitantes, más del 50% más que en el 2015 y se han desarrollado unos 5.200 encuentros entre emprendedores e inversores.

INVERSORES GLOBALES

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Aunque, en principio, puede parecer que lo ideal es ubicarse donde está el dinero o los potenciales inversores, que es algo más accesible en ciudades como Londres o Fráncfort, esa al final no es una variable tan importante, destaca Lucas Carné, de Privalia. "Primero tienes que hacerlo bien en tu mercado de origen y luego demostrar ambición global". Una vez se han alcanzado esos objetivos "los inversores, que son globales, están dispuestos a viajar, a buscar los proyectos que les interesan", añade.

Una de las claves es la escalabilidad. O sea, que la idea no sea solo aplicable fácilmente en un único mercado sino en todos los posibles. Es otro de los elementos de coincidencia. Con todos estos mimbres se ha tejido en Barcelona un ecosistema que facilita la expansión del talento. Una de las nuevas herramientas es la aceleradora Numa Barcelona Numa Barcelonacreada por mVenturesBCN, de Mobile World Capital Barcelona, y la red francesa de innovación, Numa. Esta se suma a las aceleradoras, incubadoras y demás instrumentos que han permitido que una de cada cuatro 'start-ups' que se crean hoy en España tenga su sede en Barcelona.     

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Y todo ello ha conllevado un cambio de mentalidad. Carlota Pi, de Holaluz.com, asegura que fue después de buscar financiación a través de inversores pequeños locales cuando se dieron cuenta de que les estaban contagiando una visión estrecha. Después de eso, al recurrir a inversores del exterior fue cuando recuperaron la ambición. "Los inversores internacionales buscan campeones locales que además tengan visión global y un modelo escalable", asegura. Eso rompe muchos límites que uno se impone.

Y otra clave. Como decía el fundador de la cadena Mango, Isak Andik: "Trabajar, trabajar y trabajar". Pero con una variante: "Demostrar que el negocio funciona a nivel local y que es escalable. Tener ambición y planes claros" y asumir que para captar financiación hay que dedicarse a los inversores, "como un segundo trabajo además de la gestión de la compañía".

Otra muestra de que la vocación internacional la llevan en el ADN es Heygo, una aplicación para móvil con la que se pueden obtener distintos tipos de servicios, desde canguro para los niños hasta limpieza; y que con solo dos meses de vida ha alcanzado ya más de 100.000 instalaciones de su 'app'. Su intención más inmediata es "dar el salto a Italia", según representantes de la firma. En esta ha invertido, entre otros, Carlos Blanco, fundador de la aceleradora Conector. El 60% de las firmas nuevas radicadas en Barcelona  tienen actividad internacional.

Y ¿por qué Barcelona como sede? Juan Margenat, de Marfeel, bromea: "Tenemos la obsesión de si somos otro Silicon Valley. El problema en Europa es que pensamos demasiado. Es un ecosistema natural", con unos ingredientes que aportan a la ciudad unos atractivos de los que otros destinos carecen. Y punto.