SECTOR FINANCIERO

Bankia no vería un "fracaso" devolver solo parte de la ayuda

Goirigolzarri defiende ampliar el plazo de privatización y una fusión con BMN

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia.

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia. / periodico

P. ALLENDESALAZAR / SANTANDER

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El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha defendido este jueves que no sería un "fracaso" no poder devolver la totalidad de los 22.424 millones de euros que los contribuyentes inyectaron en la entidad para evitar su quiebra. "Es el objetivo único, por el que luchamos y nos vamos a dejar la piel. Pero dependerá de la evolución económica y del mercado, que afecta a la valoración de Bankia, y del momento y forma de la privatización", ha argumentado en un acto de la APIE y el BBVA, en el que ha recordado que la entidad ya ha devuelto 1.627 millones y ha destacado que esa cantidad es superior a la obtenida por la venta con fuertes pérdidas de Catalunya Caixa y Nova Galicia Banco. 

El banquero, así, ha defendido que el éxito de su equipo gestor no se debe medir por la devolución de ayudas, sino porque la entidad se está comportando "mejor que los competidores". También ha argumentado que la alternativa a inyectar las ayudas no era no hacer nada, ya que la normativa española garantiza a cada ahorrador 100.000 euros en depósitos por entidad. La quiebra del banco, ha continuado, hubiera obligado a un gasto público de 60.000 millones.

Goirigolzarri ha dejado entrever que sería favorable a que el nuevo Gobierno negocie con la Comisión Europea cambiar la ley española que dictamina que su banco debe ser privatizado antes del cierre del 2017 para ampliar ese plazo, en vista de las condiciones del mercado (los bancos están muy penalizados en bolsa) y del tiempo perdido por la falta de Ejecutivo en los últimos meses. También se ha mostrado a favor de apostar por un modelo de privatización tipo Argentaria, es decir, por tramos, en lugar subastar la entidad al mejor postor (la primera opción, por cierto, le daría más posibilidades de mantener su puesto).

Además, se ha mostrado partidario a fusionar Bankia con el también nacionalizado BMN, una opción que el Gobierno tiene encima de la mesa: "Desde el punto de vita de negocio, tiene sentido". Asimismo, ha vuelto a rechazar convertir su entidad en un banco público, como pretende Unidos Podemos, y ha dejado ver que dejaría el cargo si ese partido forma parte del Gobierno e impone su tesis.   

FUSIÓN CON SENTIDO

Sobre la fusión con BMN, eso sí, ha precisado que todavía no ha "visto los números" concretos pues "no toca" aún. "Estamos muy lejos de ese tipo de cuestiones", ha remachado. Eso sí, ha recordado que habría que negociar con Bruselas, ya que el plan de rescate de Bankia fija que no puede hacer fusiones hasta junio del 2017, con lo que habría que ver qué nuevas condiciones pone la Comisión por esa operación. También ha dejado ver que tendría que hacerse a precios de mercado (ósea, pagando poco o nada por BMN), ya el canje debería ser "muy respetuoso con el interés de los accionistas minoritarios".

Por su parte, sobre su futuro con Unidos Podemos en el Ejecutivo se ha mostrado bastante contundente: "Yo, todo el equipo de Bankia, y desde luego el consejo, estamos extraordinariamente comprometidos con un mandato claro: gestión independiente, sin injerencias políticas, con el objetivo de devolver las ayudas a los contribuyentes. Si eso cambia, pues ya veremos".

FUNCIÓN SOCIAL

El ejecutivo ha afirmado que no hay "ningún ejemplo" de banca pública con un modelo "sostenible", pues pasa por dar más crédito del aconsejable ("pan para hoy en más financiación, hambre para mañana en más provisiones"), y ha recordado que Bankia era en la práctica un banco público abocado al rescate cuando él llegó al cargo."Me sorprende profundamente la poca memoria que tenemos", ha lamentado.

Goirigolzarri también ha criticado la tendencia de los políticos a querer utilizar a los bancos "permanentemente como solución a cualquier problema social". Esa "etiqueta de chivo expiatorio" del sector, ha argumentado, lleva a tomar decisiones regulatorias y políticas que son "bien acogidas" por la población a corto plazo, pero que a largo son malas porque dificultan que los bancos capten capital en el mercado y financien con ello a familias y empresas. En este sentido, ha defendido que Bankia "tiene que ser tratada como cualquier otra entidad" pese a haber recibido ayudas públicas.