ACTIVIDAD INMOBILIARIA

Agbar se muda a la Zona Franca sin cerrar aún la venta de la torre

Emin Capital aún no ha pagado el importe total para convertirla en un hotel que gestionaría Hyatt

Un camión de mudanzas aparcado frente al edificio de la torre Agbar, ayer

Un camión de mudanzas aparcado frente al edificio de la torre Agbar, ayer

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA

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El contrato de venta de la torre Agbar está firmado, pero la operación no se cerrará hasta septiembre, cuando Emin Capital y sus socios hayan pagado el precio total de 150 millones de euros fijado para la venta. Ayer, la compañía de servicios que preside Àngel Simón comenzó el traslado por fases al edificio alquilado en la Zona Franca de Barcelona, la torre Bankia, diseñada por el arquitecto Arca Isozaki. El traslado se realizará a lo largo de julio y agosto y, en principio, Emin Capital debe hacerse cargo del edificio en septiembre para convertirlo en un hotel de 415 habitaciones que gestionará la cadena estadounidense Hyatt, según se ha anunciado en varias ocasiones.

Pero lo cierto es que el pago no se ha producido por completo. «Esperamos que toda la operación se cierre en septiembre», señalaron ayer fuentes de Agbar. Hasta ahora, el fondo Emin Capital, que preside el andorrano Jordi Badia, ha hecho frente al desembolso de la paga y señal que equivale al 20% de la operación, unos 30 millones de euros. Según fuentes inmobiliarias, este importe se sufragó el pasado mayo, un mes más tarde del plazo inicial previsto -que no se llegó a cumplir- para que comenzaran las obras de rehabilitación del hotel. Desde la compañía barcelonesa propietaria aún del inmueble se espera que el cierre de la operación se pueda realizar según los previsto. Aunque las mismas fuentes destacan que cuentan con una salvaguarda en el contrato que en caso de que no se produzca el pago de la forma acordada, los inversores pierden la paga y señal.

DIFERENTES ORÍGENES

Emin Capital es una sociedad que actúa como un fondo que diseña estrategias de inversión en las que da entrada a socios de diferentes orígenes e intereses. Pese a que la compañía daba por hecho que la operación con el edificio de Jean Nouvel no presentaría inconvenientes en su financiación, lo cierto es que ha tenido dificultades para encontrar inversores. Hace varios meses, Emin dio a conocer que había conseguido la participación de un inversor norteamericano en el proyecto, pero ni entonces ni después se ha dado a conocer la identidad del mismo.

Recientemente, el fondo ha comunicado que se iniciarán las obras en octubre, aunque, por el momento, no cuenta con la licencia de obras para llevarlas a cabo. Desde el Ayuntamiento de Barcelona se confirma que ni siquiera ha sido solicitada la licencia. Es cierto, eso sí, que ya dispone de la licencia de cambio de uso de edificio de oficinas al hotelero, que el grupo consiguió durante el mandato del alcalde Xavier Trias. No obstante, el cambio de consistorio y la llegada de Barcelona en Comú (BC) a la alcaldía puede implicar una moratoria temporal para la puesta en marcha de nuevos espacios hoteleros. Desde el consistorio barcelonés, cuya área de urbanismo está dirigida por Janet Sanz, se explica así su estrategia por lo que respecta a los hoteles y alojamientos turísticos: «Queremos evaluar y diagnosticar la oferta existente y el impacto económico y social que tiene en ámbitos como el acceso a la vivienda, el empleo del espacio público, movilidad, diversidad de usos y producción y gestión de residuos».

Desde el consistorio se avanza, además, que se llevarán a cabo medidas para regular las licencias de alojamientos turísticos a través de criterios que velen por una «correcta cohabitación entre el turismo y el día a día de los ciudadanos».

RECELOS EN EL SECTOR

Lo cierto es que la nueva política municipal ha despertado evidentes recelos entre algunos inversores en el sector hotelero en Barcelona. Tras celebrarse las elecciones, el fondo KKH, que preside Josep Maria Farré, exconsejero delegado de Renta Corporación, dio a conocer que desistía de acometer un hotel de gran lujo junto con la cadena Four Seasons en la torre Deustche Bank, en paseo de Gràcia, ante la dificultad de modificar las condiciones de edificabilidad del inmueble actual. También se han paralizado otros proyectos para reconvertir edificios de oficinas obsoletos en el centro de la ciudad en hoteles.