Happy new beard

Cuatro barbudos cuentan cómo llevan el apéndice de moda

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LUIS MIGUEL MARCO

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John Rooms: “Al mundo barba llego por ‘frikismo”

“Perdona, ¿te puedo tocar la barba?”. Con esa pregunta le puede parar por la calle John Rooms (Tarragona, 1977). Y le funciona. Junto con su socio Néstor Alriols es el creador de Macho Beard Company, una línea de productos naturales, ceras y aceites –pronto llega el tinte– para el cuidado de barba y bigote. “Al mundo barba llego por frikismo. Estoy obsesionado con ella: incluso sueño con ella”, asegura tras posar con esos ojos azules que traspasan. “Yo quería tener la barba cuidada y gustar además a mi pareja. Así que me fui liando. Antes la barba se asociaba a desaliño, a descuido. Yo mismo he vivido alguna experiencia desagradable, como que no te den el cambio en la mano en un supermercado. Pero el hombre ahora se mima muchísimo. Y ahí entramos nosotros, para cuidar de los que cuidan la barba”.

Damos fe. Estuvimos en la presentación, en el Nasty Garage de Barcelona, de Macho Beard Company, y la gente acudió niquelada. Pantalones pitillo. 'Sneakers'. Camisas negras. Chupas de cuero. Alguna gorra de plato. Tirantes. Alguien fumando en pipa. Piezas 'vintage'. Tatuajes y aros. Pajaritas. Y barbas, muchas barbas. De marinero, afiladas, de Rasputín, las famosas 'full beard' de los 'hipsters'... Esa noche, y a ritmo de rock clásico, varios barberos arreglaban la pelambrera del personal. De fondo, entre máquinas del millón y balas de paja, había un Chewbacca a tamaño natural. El peludo de 'Star Wars' presidía el cotarro.

“La idea de Macho empieza en San Francisco, donde yo vivía y donde conocí a una persona que me enseñó fórmulas esenciales. Una vez en Barcelona, empezamos a trabajar con las pócimas, como las llamo yo”, explica John, cuya barba sigue una estética que tiene matrícula y año: California, años 70. “Tengo alma de rockero. Me hubiese encantado ser una 'rock star' o un cantante folk, vivir a tope y morir en un escenario. Pero voy tarde. Hace poco he empezado a tocar la guitarra. Ese toque lo hemos trasladado a nuesta gama de productos, con ese aspecto 'vintage' de los envases”.

Macho Beard Company reivindica el oficio de barbero. “El peluquero rara vez afeitaba. Y ahora se están formando a tope, porque el negocio de las barbas va a más”, señala un convencido de que Barcelona es territorio 'beard'. “También el norte de Europa. Y, lo que es alucinante, México. Allí las cosas están cambiando muchísimo. Se miran en EEUU”. John es de los que arrugan el bigote cuando se le pregunta por campañas como la de Movember sobre el cáncer de próstata y testicular. “Todo el año debería ser Movember”. 

¿Y qué sueña que le pasa a su barba? “Pues que me la han cortado y cosas así. Creo que sin mi barba no sería yo. Es como una máscara, supongo que para parecer más duro y dejar atrás mi aspecto aniñado. A mí me pedían el carnet hasta con 20 tacos para entrar en las discos”. Entonces era barbilampiño. Su presente es barba, amor y rock and roll.

Manel Vallecillos: “Los barberos estamos ahora disfrutando muchísimo”

“Empecé como peluquero a los 15 años y ahora tengo 44, así que son casi 30 de oficio”, echa las cuentas Manel Vallecillos, alma de Distinto, una muy recomendable barbería de Olesa de Montserrat (Barcelona). “Comencé haciendo hombre y mujer, pero al año y medio decidí dedicarme solo a hombre. Yo ya era barbero cuando la palabra no estaba ni siquiera bien vista”, presume.

Manel acude al estudio de fotografía hecho un pincel, con un aire entre valleinclanesco y Chicago años 20. “Es mi forma de presentarme al mundo. Nosotros somos los hombres de confianza de otros muchos hombres, y eso es una gran responsabilidad. Reconozco que, personalmente, antes no me cuidaba tanto y que me he dejado influenciar por el mundo de la barbería, que ha dado un vuelco tremendo, a mejor. Es una locura lo que está pasando desde hace unos años en España con este oficio. Estamos disfrutando muchísimo”, reconoce alguien cuya compañera, asegura, no sabría verle ahora sin su frondoso apéndice.

Cuando le pedimos que nos dé algún referente, habla de 'El Padrino II' como su película totémica. También cita 'Jersey boys', de Clint Eastwood. “Y me gusta la música de los nuevos románticos de los 70 y 80: Spandau Ballet, Duran Duran... Para mí, la elegancia es algo primordial”. 

Por último, le pedimos que nos detalle el ritual de un arreglo de barba. “Siento al cliente en mi sillón de barbero años 40 –que van superbuscados, por cierto–, estudio sus facciones, escucho sus demandas y entre los dos llegamos a un acuerdo. Antes de darle forma a la barba preparo la piel a conciencia, aplicando toallas calientes, dando un masaje con aceite de romero... Después marco pómulos y rebajo pelo, siempre con una buena brocha y cuchilla, eso es fundamental”.

Isidro Olmo: "Algunos niños me toman por Papá Noel”

“Esta anécdota me ocurrió hace unos días –cuenta Isidro–. Estaba tomando un café en una panadería y un crío pequeño, asido a la pierna de su madre, me miraba fijamente, sin parpadear. Enseguida lo entendí: no es la primera vez que me confunden con el Papá Noel de los anuncios de Coca-Cola. Yo me llevé el dedo a los labios, le hice el gesto de guardar silencio y él sonrió y me devolvió un gesto afirmativo. Sin mediar palabra hubo una conexión preciosa. No. No hago de Papá Noel en ningún centro comercial –en privado sí, claro–, aunque creo que pasaría fácilmente el 'casting' [risas]. Yo soy socio fundador de Real Compañía Ópera de Cámara de Barcelona, que trabaja por la recuperación del patrimonio escénico musical del siglo XVIII. Rescatamos partituras inéditas y las grabamos con una discográfica de autor que después distribuye Harmonia Mundi Internacional. ¿Quiere un ejemplo? Las óperas del Handel catalán: Domènech Tarradellas”. 

“A mí me da igual que llevar barba sea moda o no. Tengo 50 años y decidí que la barba formaba parte de mí muy joven. Crecí con los anuncios de la televisión en blanco y negro que te animaban a lavarte el pelo y a afeitarte, y eso es lo que hacíamos todos. Pero, a los 19 años, empecé a quedarme calvo. Mi abuelo explicaba que, acabada la guerra civil, los republicanos, para no ser señalados por los falangistas, se afeitaban, y eso me afectó mucho. Así que empecé a dejarme barba y a ver que era roja, pelirroja y dorada. En la tele hacían 'Vicky, el vikingo' y a mí me gustaba mucho el padre, Olaf. Así que aquí me tiene, hecho un 'daddy”.

Xavier Punyad: “Ese algo tan masculino”

“Siempre he llevado barba, pero desde hace dos años la cosa ha ido a más”, explica Xavier Punyad, barcelonés de 36 años, que tiene un negocio de juegos de mesa y es cliente de La Barberia de Gràcia, uno de los templos de referencia. “Yo he notado en Barcelona una auténtica revolución de barbudos, una revolución meramente estética, así que me animé. Ahora voy por la calle y sonrío a cantidad de tíos como yo. Te fijas en cómo se arreglan, en cómo llevan el peinado y es curioso cómo la barba es un buen motivo para iniciar una conversación”, explica alguien que se toma a broma que le llamen ZZ Top o leñador. “Es que encima visto camisas de cuadros”, reconoce con una sonrisa de gafapasta que la barba no oculta.

La cosa necesita cuidados. “Cuando me levanto, por ejemplo, parece que he salido de la centrifugadora. Y cuando voy a la playa, me la tengo que peinar cada vez que salgo del agua. Pero el calor no es problema”, asegura. Aunque ahora no tiene pareja, cuando la ha tenido ha sido ella la que le ha pedido más pelo, por favor. “No es mi caso, pero yo he visto cómo los chicos han pasado de ir superdepilados, tipo David Beckham, a ir, no con una barba de tres días, sino con barba de seis meses, una barba frondosa como la mía. Si es que alucinas viendo los modelos publicitarios: la mayoría se la han dejado”. Él sigue páginas web de barbudos, sobre todo americanos, que reivindican “ese algo tan masculino”. Y distingue zonas de Barcelona por la barba. “Me siento muy integrado en mi barrio, Gràcia, y en Sant Antoni, Poblenou y El Born, que son como de modernillos”.

Barberías con encanto

Ya veremos en el 2015, pero el mejor barbero del 2014 en España ha sido, a criterio de los profesionales del sector que lo han votado, el riojano Álvaro Calvo. Con 36 años, lleva en el negocio desde los 14 y empezó ayudando a su padre a barrer el suelo de la barbería. Su local está en Logroño y, como todos los grandes, tiene nombre artístico propio: Álvaro The Barber. “Todo surgió cuando empecé a meterme en las redes sociales, porque muchos barberos internacionales ponen su nombre de pila y luego añaden el The Barber, así que es una forma de que me encuentren más fácilmente”, cuenta. Su colega José Pablo Figueiras, de Barbería Chicho, es quien ostenta el premio a la mejor barbería del año. Está en Ourense, se remonta a 1968 y es una de las barberías más antiguas que quedan en la ciudad. Además, Ismael Mochón (Surbarber), se ha hecho con el premio al mejor barbero revelación

Para saber dónde se encuentran y qué servicios ofrecen las mejores barberías españolas y estar al día de todas las novedades se puede consultar la página Barberiasconencanto y también Nosinmibarba,  un portal de estilo de vida masculino en el que la barba tiene el lugar que se merece. “Porque la barba es más que solo vello facial, es una actitud, un elemento de masculinidad bien entendida, de elegancia y de sofisticación, entre otras cosas”, defiende su creador, Carles Suñé.

MACHO BEARD COMPANY. 

Se presenta como la primera línea completa española de productos para el cuidado de la barba y el bigote. John y Néstor presentan de momento nueve productos 100% naturales creados con “mucho amor y rock and roll”. Aceite para barba Lamberjack growing, 23 €; aceite para barba San Francisco, 13,10 €; pastilla de jabón para barba 22,50 €; cera suave para bigote, 14,75€... Tienen tienda online:  www.machobeardcompany.com

LA BARBERIA DE GRÀCIA. Jordi Pérez está al frente del negocio que fundó su padre en 1964. Además de formar a muchos profesionales, ha obtenido recientemente las tres estrellas TheQhair que certifican la calidad de las peluquerías. Es la primera y única barbería en España que recibe esta distinción. “Estamos lanzados”, proclama. www.labarberia.net/es

MODELOS FRONDOSOS. La pasarela y la publicidad se han llenado de pelos. La retrosexualidad crece y dicen los que entienden que este 2015 será también un año de muchos y cuidados bigotes. La era de los modelos de caras aniñadas e imberbes está rasurada. ¡Larga vida al 'growing'! Tres de sus mejores apóstoles son Spyros Christopoulos, uno de los modelos revelación del año, un griego de pelo rizado castaño y abundante, espesa y frondosa barba e intensos ojos verdes; el actor, bailarín y modelo francés Benjamin Dukhan, que llegó a la pasarela de mano de Jean Paul Gaultier; y otro rostro que no se olvida fácilmente, el de Patrick Petitjean.