Jordi Bosch, Jordi Boixaderas y Sergi Belbel esperan repetir éxito con la comedia 'El crèdit'

La pieza, escrita por Jordi Galcerán, se ha estrenado en la Villarroel

Bosch, Belbel y Boixaderas

Bosch, Belbel y Boixaderas

LUIS MIGUEL MARCO / Barcelona

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Interior de una oficina bancaria. Dos hombres. Uno, el director (Jordi Bosch); el otro, el cliente (Jordi Boixaderas), que solicita un crédito, pero como no cuenta con ningún aval, obtiene un no por respuesta. Ante la negativa, el cliente decide pasar al contraataque de una forma, digamos, sorprendente. Así arranca la comedia teatral 'El Crèdit', desde ayer y hasta el 3 de noviembre en La Vilarroel de Barcelona. Escribe la pieza Jordi Galcerán ['El método Grönholm', 'Paraules encadenades...] y dirige Sergi Belbel. Con este último y los dos actores hablamos tras un ensayo. 

(Belbel) No. La obra no está patrocinada por ningún banco. (Risas)

¿Creéis que alguno pondría pasta?

Es comedia, pero hay una crítica muy bestia al sistema bancario y a esta crisis. Y con solo unas pinceladas, sin un discurso, que es como escribe Galcerán. 

(Jordi Bosh) Es que la pieza es buena, funciona como un engranaje y a los actores nos lo pone fácil. No diría que sale sola, pero casi. 

'El crèdit' se presentó en el Primer Torneo de Dramaturgia Catalana.

(Belbel) Y ganó, sí. Es una obra ganadora. Galcerán presentó el primer acto, que es redondo. Lo que ha hecho después es añadir otro acto y un epílogo, muy divertidos. Ahora dura hora y media.

Boixaderas escucha atento detrás de sus gafas. Lleva el traje del cliente todavía puesto. Le recordamos una declaración suya en otra entrevista. Ante los nervios previos a un estreno, él se ha dicho un montón de veces: “Con lo tranquilo que estaría yo trabajando en una oficina de La Caixa”. “Sí, sí, es verdad –recuerda–, pero es que, en mi infancia y juventud, entrar en La Caixa era el paradigma de un trabajo estable, seguro y muy respetable. Desgraciadamente para ellos, todo eso ahora ha pasado a la historia.

¿Y puede dar ideas a afectados por preferentes e indignados varios?

(Boixaderas). Ojalá sirviera para que alguien hiciera alguna cosa, pero no creo que el sistema financiero se replantee nada por las ideas que se vierten en escena. Como tampoco se puede hacer comedia con los problemas que tiene la gente. Explicamos una historia con la suficiente ironía como para relativizarlo todo y para que la gente se lo pase bien. Galcerán siempre lo advierte: sus comedias pueden tener un contenido social o político, pero básicamente busca que la gente, por encima de todo, se distraiga. 

(Bosch) Lo bueno es que todo lo que parecía estable se desmonta como un castillo de naipes cuando el cliente dice lo que dice.

(Belbel) Y que mejor no vamos a desvelar para mantener el misterio, aunque tampoco esto sea 'El sexto sentido'. Bruce Willis está muerto. El cliente dice lo que muchos de nosotros hubiéramos pensado en su situación, pero no nos atrevemos: “Tú me niegas el crédito, pues yo te voy a joder la vida”. Y no digo más.

Hace ya 10 años Sergi Belbel estrenaba otro texto de Jordi Galcerán (con Boixaderas en el reparto) en el que abordaba las relaciones laborales, en concreto, la selección de personal: 'El método Grönholm', que se convirtió en un fenómeno internacional. Lanzamos la pregunta de una posible conexión.

(Belbel) Sin ser continuación, de todas las obras que Galcerán ha hecho después, esta es la que tiene más puntos de contacto. 

(Boixaderas) Yo hice 'El método'... y también 'Paraules encadenades', y es verdad que veo parecidos en la estructura. Entonces éramos cuatro, aquí somos solo dos personas negociando. La obra tiene algo tan difícil como es mantener una expectativa, una tensión a ver qué pasa. Y todo en un mismo espacio y en una unidad de tiempo. Como actor estás obligado siempre a levantar la obra, a evitar que caiga, pero es que esta dramaturgia te ayuda porque, cada cierto tiempo, ocurre algo que mantiene el interés. 

(Belbel) Hasta el punto que esta obra admitiría una continuación. Yo me imagino perfectamente a estos dos en una situación futura. Este texto tiene el mérito de haber creado una situación con dos personajes, un paréntesis de vida, que podría ir más allá.

La complicidad hace mucho. Y estos tres hombres se conocen perfectamente. Habría que recordar que la última vez que se enfrentaron a un texto fue en una situación muy diferente de esta. Fue en octubre pasado, en el arranque de la pasada temporada en el Teatre Nacional de Catalunya, el último con Belbel al frente, y ante el estreno de La Bête, de David Hirson. Belbel dirigía, Boixaderas estaba en el reparto y Bosch tuvo que sustituir en el último momento a Anna Lizarán, que falleció tres meses después.

(Belbel) Yo he pensado mucho en ella este verano. Fue durísimo. Su recuerdo nos acompañará toda la vida. Bosch no lo vio, pero Boixaderas y le resto de la compañía vivimos su sufrimiento. Y Bosch nos hizo un regalo, porque aceptó todo un reto. Sin él, hubiéramos tenido que suspender. Y un detalle respecto a este recuerdo es que, el último día de La Bête, me vino a ver Jordi Bosch y me dijo: ‘Venga, hagamos algo con Boixaderas’. 

(Bosh) Para ser exactos, le dije: “Escríbenos una obra para los dos”.

Así que esto está muy bien, pero queda pendiente.

Las vueltas de la vida. Las cosas pendientes. Las mieles y los sinsabores. Belbel dejó atrás siete años al frente del TCN en un año especialmente horrible por los recortes, el cierre de la Sala Tallers y la bajada de espectadores. Tras su salida, dijo que quería volver a escribir, y con un pie puesto en la realidad.

(Belbel) Y lo estoy haciendo. Yo quería dejar la dirección teatral por un tiempo. Y si no lo he hecho es porque dos amigos me han animado y no he podido decir que no. Uno es Jordi Galcerán con esta obra. Y la otra es Emma Vilarasau (esposa de Jordi Bosch), con Els bons dies, de Samuel Beckett, que haremos al final de temporada. Estamos viviendo una situación tan dramática y tan difícil que no puedo decir que no a cosas que me apasionan porque sé que luego me arrepentiría. Así que no puedo ser tan estricto. Y, sí, estoy escribiendo una historia para televisión con un tema muy candente. Me apetece volver a hacer ficción televisiva después de tantos años.

La conversación deriva hacia todo el talento que, en Estados Unidos, ha buscado cobijo en las series televisivas. A los buenos actores y guionistas de las teleseries. Al estreno también de la versión cinematográfica de Agost. Recuerda Belbel que Anna Lizarán –que la interpretó en el TNC a sus órdenes– le decía: “Iremos juntos a verla. La Meryl Streep lo hará genial, estoy convencida”. Y volviendo a la obra que nos reúne, una última cuestión. El crédito de un actor, esa especie de salvoconducto que el público le otorga para que siga explicando cosas desde un escenario, ¿es para siempre o hay que renovarlo?

(Boixaderas) Nosotros tendemos a pensar que un cierto crédito tenemos. Pero cada vez que estrenamos es un examen. Por muchas cosas que hayas hecho, te pueden fallar las energías o puede pasar que la propuesta no encaje con lo que se lleva. Por otro lado, ahora se habla mucho de precariedad, pero eso es algo consustancial al actor. 

(Belbel) Por eso hay que poner todo el talento encima. Yo siempre he dicho que no hay nada más triste que un patio de butacas vacío.