La fiebre del malestar

Los síntomas de Catalunya

Los catalanes rechazan los peajes y el trato fiscal, y se sienten lejos de las preocupaciones españolas

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ERNEST BENACH

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Un enfermo tiene fiebre y le recetan antipiréticos. Hacen más o menos efecto y la fiebre baja. ¿El enfermo está curado? Pues dependerá de la enfermedad que tenga. Una cosa es el síntoma y la otra, la realmente importante, es la enfermedad. La fiebre puede bajar momentáneamente, pero al poco volver a aparecer, incluso, con más fuerza y virulencia.

Hoy, ahora mismo, en este momento de la historia en que vivimos, Catalunya tiene fiebre. Una fiebre importante. Y algunos piensan que esto se resuelve a base de aspirinas o de paracetamol. Y se equivocan. Pero vayamos a los síntomas.

Síntoma 1º.#novullpagar o #novullpagaraEspanya. El Gobierno español anuncia que se está planteando alargar plazos de concesión de algunas autopistas catalanas para resolver ciertos problemas de infraestructuras de las autopistas de los alrededores de Madrid. En Catalunya se hacen campañas contra los peajes desde hace unos años. Allá por el 2001 ya se reclamaba una Catalu-

nya libre de peajes. Y la gente empieza a actuar, y ya hay quien se atreve a no pagar el peaje. Y como hay más información que nunca, la gente sabe perfectamente cuándo se acaban las concesiones, de quién es cada autopista y quién la gestiona. Y saca sus propias conclusiones. La cuestión, sin embargo, es que la Catalunya de peaje es una realidad en nuestro país, y el problema es que el peaje no solo se da en las autopistas. Está presente en otros ámbitos de la sociedad catalana, ámbitos esenciales del Estado del bienestar y que no son nada baratos.

Hay una palabra que normativamente no está reconocida, que viene del inglésempowermenty que define perfectamente lo que está pasando: elempoderamientode la gente. El profesorManuel Castellsen su libroComunicación y poderlo define perfectamente en este párrafo: «La política insurrecta es un proceso clave a la hora de conectar los segmentos de población carentes de poder con los procedimientos de creación de poder. La participación política es esencial para mantener viva la democracia».Castellshacía esta reflexión a propósito de un hecho tan políticamente clásico y normalizado como las elecciones presidenciales norteamericanas analizando la campaña deBarack Obama.

Síntoma 2º. El llamado pacto fiscal está a la orden del día de la política catalana. Hay un gran consenso en la sociedad, partidos catalanistas, independentistas y sociedad civil, cultural, social y económica, de que la situación que vive Catalunya desde el punto de vista fiscal es del todo insostenible. Recaudamos mucho, pagamos muchísimo y recibimos muy por debajo de lo que nos toca, de lo que se podría considerar mínimamente justo. Y eso en plena crisis económica tiene unas consecuencias tremendas en la sociedad catalana. El paro crece día a día, las expectativas económicas no son nada halagüeñas y, en cambio, no podemos hacerles frente con los recursos que generamos. Ninguna región, país, Estado del mundo tiene un déficit fiscal tan bestia como el que nosotros tenemos y sufrimos. Y aquí incluso nos niegan la aspirina. Pero la conciencia crece, y lo que hace unos años era solo la quimera de algunos independentistas, hoy es un clamor en la sociedad catalana. Hoy oímos en el discurso de los principales líderes sindicales del Primero de Mayo la reivindicación de una mejor financiación de este país, y lo hacen sin tapujos ni ambigüedades. Y también se puede oír a destacados representantes de la patronal que dicen que ya basta. Otro síntoma de que las cosas están cambiando.

Síntoma 3º.Los dramas de la Monarquía española. Entre el yerno imputado, el nieto herido en el pie, la caza de elefantes y otros asuntos de la máxima institución del Estado, hay una cierta concepción de final de etapa en importantes segmentos de la población. Mira por dónde el Rey hace tiempo que va desnudo, pero la mayoría no lo sabía. En cualquier caso, y en clave catalana, el debate no es si monarquía o república, que está anticuado; de hace casi un siglo. Hoy y aquí el debate es el derecho a tener un Estado propio o no. En cualquier caso, la desnudez real es otro síntoma de que las cosas ya no son como eran.

Síntoma 4º.«Ven y dímelo a la cara si tienes cojones». Si hay un hombre sensato y respetado en la política catalana, ese esXavier Trias,el alcalde de Barcelona. Sorprende, pues, la virulencia con que un político extremeño lo ha retado en el terreno de los atributos. De hecho, bien mirado, no sorprende tanto. Es el síntoma de lo que toca ahora, la descalificación, la provocación, el desprecio... Pero llegan tarde, la batalla del insulto y la provocación no es nuestra y dudo de que encuentren a alguien que se quiera entretener en ello.

Hay muchos más síntomas, cada día más, y síntomas que no se curan con aspirinas. El tratamiento, sin embargo, es más grave, más de fondo, mucho más importante y requiere probablemente cirugía fina. El enfermo, no obstante, tiene todas las expectativas para, una vez superada la cirugía, vivir infinitamente mejor, y durante mucho tiempo. Expresidente del Parlament.