Brasil 2014

Uruguay vive por Suárez

El uruguayo Luis Suárez celebra, ayer, el segundo gol que le marcó a los ingleses.

El uruguayo Luis Suárez celebra, ayer, el segundo gol que le marcó a los ingleses.

JOAN
DOMÈNECH

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En el duelo de la supervivencia, ganó Uruguay. Cuando el asunto pinta feo y dramático, pocos equipos demuestran el perfil competitivo del cuadro celeste. Nunca da concesiones, y menos cuando está la vida en juego, como ayer, ya que la derrota significaba una eventual eliminación, con los demás equipos del grupo con tres puntos cada uno a la espera de que la sorprendente Costa Rica ponga hoy (18.00 horas) el liderato en juego ante Italia.

A Inglaterra, que se quedó con el cero en el casillero y está virtualmente eliminada, la ejecutó el más espabilado de la clase. Uno que muerde, figurada y literalmente, a los defensas que no respetan la nobleza británica y que sacan el codo a pasear. A Luis Suárez lo crujirán hoy los tabloides, pero lo elevarán a los altares en Uruguay, que a fin de cuentas es lo que le interesa: al final del partido estaba lloroso por las repercusiones de los dos goles que acreditaron su calidad como delantero.

CONMOCIÓN DE PEREIRA / También muerde Álvaro Pereira, un retrato distinto de lo que es Uruguay. El defensa quedó conmocionado en el suelo por un rodillazo de Sterling. Cuando se recuperó en la banda, el doctor pidió el cambio para él, a lo que se negó taxativamente. El médico y Tabárez, el seleccionador, cedieron. Al minuto le dio un viaje a Johnson que certificó la total recuperación de Pereira, una de las cinco novedades del once charrúa. Inglaterra repitió equipo y jugó peor.

Suárez fue una de esas novedades y su aparición en lugar de Forlán (su padre, Pablo, también fue suplente en el Inglaterra-Uruguay del Mundial de 1966) resultó providencial. El primer tanto fue un golazo de muy difícil ejecución, simplificado por la media salida de Hart que no da ninguna sensación de seguridad. Tampoco Muslera. A los dos se les escapó la bola en su primera intervención, pero el uruguayo se corrigió luego en una enorme parada frente a Rooney. El segundo lo habrá marcado Suárez decenas de veces en la Premier, en un saque defensivo prolongado de cabeza y que le dejó frente a frente con Hart. La desigual categoría de uno y otro hizo el resto.

LA 'MARCA ESPAÑA' / Tan espabilado es Suárez arriba para ganarse las habichuelas como Diego Godín atrás.  Ese artista de la falta invisible, como otros de sus compañeros, y que ayer gozó de la magnanimidad de la marca España del arbitraje. Velasco Carballo, el juez madrileño que debutaba en la competición, le sacó la amarilla por una mano (m. 20) y no tuvo narices de sacarle la segunda seis minutos después al meterle el codo en la garganta a Sturridge: una acción muy parecida a la que supuso la roja para el portugués Pepe.

La picardía de Luis Suárez, cuya cotización sigue multiplicándose, contrasta con la candidez de Sturridge, su compañero en el Liverpool, que no pilló ni una en el área. Ni fuera, donde buscó los balones que no le llegaban. Suárez no solo ejecutó a Inglaterra. También a

Rooney, que marcó su primer gol en el tercer Mundial que disputa en un monumental despiste de Cáceres. Rooney alimentó las esperanzas de un equipo tal vez demasiado joven para pelearse ante señores tan serios como los uruguayos.