Uruguay desarbola a Rusia y acaba primera

La rocosa Uruguay venció sin apuros a Rusia y certificó el primer puesto del grupo A avanzando a los octavos con un pleno de victorias (3-0). Fiel a sus claves de siempre, el combinado charrúa volvió a exhibir su fortaleza y solidez. El anfitrión, que había marcado ocho tantos en sus duelos anteriores contra Egipto y Arabia, se quedó a cero ante un rival de verdad, de los que imponen desde el himno. Nadie ha podido derribar aún la muralla del meta Muslera, que cumplió 100 partidos internacionales.

El combinado celeste ha cumplido a la perfección con lo que se esperaba de él antes del torneo. Pragmático, solidario y tenaz, Uruguay es una de las selecciones más fiables del mundo. Combina a la perfección la veteranía de referentes indiscutibles como Godín, Cáceres, Suárez y Cavani con el impulso de nuevos componentes como Vecino, Nández y Betancur, que han regenerado el centro del campo.

Competitividad y compromiso

Todos ellos mueren por su entrenador, el maestro Óscar Washington Tabárez. A los 71 años y acompañado de su clásica muleta (sufre un trastorno neurológico que le causa debilidad en las piernas), el seleccionador afronta su cuarto Mundial. Ya estaba, por ejemplo, en Italia-90, lo que demuestra su inmensa trayectoria, en la que nunca ha faltado competitividad y compromiso.

Pronto encarriló el choque el cuadro uruguayo gracias a un tanto de falta de Luis Suárez que sorprendió al veterano Akinfeev (m. 9). El balón entró por el lado del arquero, que estuvo lento para desbaratar el potente disparo del azulgrana. Empezó algo ansioso y precipitado el torneo el delantero del Barça, pero poco a poco ha vuelto a demostrar esa versión voraz que tanto necesita su selección.

Un golito bastó a Uruguay ante Egipto y otro fue suficiente contra Arabia para plantarse con seis puntos en la jornada final. Esta vez fue más generosa. Rusia, mientras, había sido más productiva, pero en esta ocasión topó con un adversario que no le otorgó la más mínima concesión.

Roja decisiva

Ni siquiera la baja por lesión de Giménez afectó a la zaga uruguaya, que solo ha encajado un tanto en sus ocho últimos partidos. Tábarez introdujo algunos retoques y el equipo funcionó de maravilla, con otra exhibición de contundencia en las acciones a balón parado que tan bien trabaja el veterano preparador.

También acompañó la fortuna al bloque sudamericano, que se encontró el segundo gol en un tiro de Laxalt desviado por Cheryshev (m. 23). El panorama pintaba muy mal para los rusos. A cualquier rival del Mundial sería difícil remontarle dos tantos, pero en el caso de Uruguay se trata de un misión casi imposible. Y si quedaba alguna esperanza Smolnikov se encargó de eliminarla por completo. El lateral vio dos amarillas en menos de 10 minutos. Se marchó a la calle (m. 36) en una imprudente actuación que dejó sin opciones a la anfitriona.

Cherchesov intentó ordenar a los rusos con los cambios, sacrificando en primer lugar a Cheryshev, que no pudo prolongar su marcha triunfal en el campeonato. No se vino abajo Rusia. Ofreció una digna imagen en la segunda parte, pero Cavani puso el colofón a la victoria uruguaya con su primer gol en el torneo.