El Madrid se mete en la final de Milán sin brillo ante un City sin ambición

Un disparo de Bale que desvió Fernando le da un triunfo agónico al equipo de Zidane (1-0)

Cristiano da las gracias al árbitro, que le perdonó la amarilla por marcar con las manos

Cristiano da las gracias al árbitro, que le perdonó la amarilla por marcar con las manos / periodico

ANTONIO MERINO / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Quería hacer historia, pero lo único que le podrá contar Manuel Pellegrini a sus nietos es que volvió al Bernabéu para intentar meter a su equipo en la primera final de Champions y fracasó. El técnico chileno sabe que entre el City y el Madrid hay muchas diferencias. Entre ellas, 10 Copas de Europa y ya 14 finales de Champions contando la que ayer consiguió el equipo de Zidane. Lo hizo sin brillo y ante un rival tieso y preso de su impotencia y de su falta de ambición. Le vendió muy barato a su rival el billete a Milán, donde el Madrid rememorará la final del 2014 de Lisboa ante el Atlético tras un gol de Fernando, que desvió un disparo de Bale, el hombre de moda en el equipo blanco.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Sin\u00a0la intensidad del Bayern-Atl\u00e9tico,\u00a0","text":"Madrid y City no mostraron ninguna prisa por agitar la tarde."}}

Una semifinal de Champions requiere una mayor predisposición al riesgo y, sobre todo, una mayor ambición. El City llegó a Madrid con la idea de hacer un gol. Le basta cualquier empate con goles, pero se quedó tan seco que apenas reaccionó cuando le llegó al agua al cuello. Además de traicionarse, el equipo inglés no se ajustó al guión de la que podía ser una noche para la historia en su primera semifinal de Champions.

Enfrente, el Madrid, acostumbrado a grandes batallas, el desafío ante el equipo inglés se antojaba hasta cierto punto cómodo. El 0-0 de la ida y la ausencia de Silva en el Bernabéu minimizaban los riesgos de un equipo acostumbrado a noches mucho más calientes. Muy lejos de la intensidad del choque entre Bayern y Atlético, City y Madrid no demostraron ninguna prisa por agitar la tarde. Tampoco Cristiano parecía el mismo de siempre. Al portugués se le adivinaba un cierto vértigo en cada arrancada, a la que acompañaba algunos rumores en la grada.

UN EQUIPO LENTO Y PREVISIBLE

El Madrid viajaba en primera por el partido. Lento y previsible, su juego se acoplaba a las necesidades del City, que vio cómo el central Kompany se rompía a los ocho minutos. Las dudas de Cristiano se extendieron al resto de un equipo muy parado y sin demasiada frescura. La encontró en una jugada desgraciada de Fernando, que desvió un disparo de Bale con la derecha que se coló por la escuadra. No tuvo suerte el jugador galés porque la UEFA le dio el gol al jugador del City, con lo que Bale sigue sin estrenarse en Champions.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El Madrid no aprovech\u00f3 la pasividad del\u00a0","text":"equipo ingl\u00e9s, un equipo tierno y agazapado."}}

El gol trajo otro diseño en el juego del Madrid. Isco, que ocupó el puesto de Casemiro, dibujaba la salida del balón con trazo fino, mientras el City se limitaba a mirar cómo viajaba el balón de lado a lado. Consciente de que un gol le daba el pase a la final, el equipo de Pellegrini daba la impresión de no tener planes a corto plazo para cumplir su cometido. Tampoco el Madrid aprovechaba la pasividad del equipo inglés, un conjunto tierno y agazapado a la espera de que se rival se pusiera a tiro. Apenas había noticias de Agüero De Bruyne. El jugador belga esperó al filo del descanso para dar un buen pase a Fernando, cuyo disparo dio en la base del poste y salió fuera.

OCASIONES DE MODRIC Y BALE

Entre la ausencia de fútbol e intensidad, el Madrid comenzó a jugar en el filo de la navaja. Poco a poco se imponía el diseño de Pellegrini de esperar ese disparo certero de un francotirador para enviar al Madrid a la lona. Pudo impedirlo Modric, pero el croata, solo ante Hart, creyó que estaba en posición antirreglamentaria y su disparo lo detuvo el meta inglés. Luego Bale cabeceó al palo y en la sigueinte acción Cristiano se ayudó de las manos para marcar. Eso ocurría antes de que el Madrid entrara en pánico por su incapacidad para cerrar el partido. Con más empuje que acierto, el City le metió el miedo en el cuerpo a los de Zidane. Tembló el Bernabéu a un minuto del final del tiempo reglamentario con un disparo de Agüero que salió cerca del larguero de la portería de Keylor Navas.

El Madrid acabó en el área del City, pero con un ojo en el reloj del árbitro. Solo el pitido alivió la ansiedad y certificó el pase a la final de Milán. Lo hizo de una forma poco brillante, pero como dice Simeone a estas alturas solo cuenta el resultado. Y el Madrid ganó la eliminatoria por la mínima ante un rival que no vio portería en 180 minutos y que demostró por qué le quería el Madrid en el bombo.       

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Real Madrid-Manchester City, 1-0","text":"CAMPO: Santiago Bernab\u00e9u (80.000)"}}