La ronda ciclista francesa

El portugués Rui Costa regala el triunfo al Movistar

El 'número tres' del equipo supo colarse en la escapada y rematar

Rui Costa celebra con rabia su victoria de etapa en Gap, ayer.

Rui Costa celebra con rabia su victoria de etapa en Gap, ayer.

SERGI LÓPEZ-EGEA
GAP Enviado especial

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es muy duro escuchar la orden de parar por elpinganillo. Solo hay que imaginarse la situación. Noveno de la general, forma exquisita, héroe ciclista en Portugal. Y el «¡atrás, atrás!», la voz del director José Luis Arrieta; desesperados, Alejandro Valverde con avería, viernes 12 de julio. Mala cara de Rui Costa que se pone a tirar de su jefe de filas y que ve que ni con su ayuda se logra disminuir la diferencia con el pelotón.

Morros por la noche. «Era normal que se enfadase», confirmó ayer Eusebio Unzué, el mánager del Movistar. Y el cabreo que continúa al día siguiente. Sin mucho ánimo en el cuerpo, Rui Costa es de los primeros, entre las figuras, que él lo es, que se descuelga en la ascensión al Ventoux. Con desánimo no se puede afrontar una carrera como el Tour.

Queda para el debate interno del equipo -hay opiniones variadas- si se reaccionó apropiadamente tras el incidente mecánico de Valverde. Pero, ayer, tras la jornada de descanso, era necesario pasar página porque nada bueno se iba a sacar de estar todo lo que queda de ronda francesa lamentándose. Era necesario recuperar alnúmero tres.

ADIÓS AL EQUIPO /Rui Costa, dos vueltas a Suiza lo contemplan, se irá del equipo en diciembre. El Movistar, salvo sorpresa, continuará con su patrocinio al conjunto de Unzué. Sin embargo, el portugués tras su exhibición en Suiza y otras actuaciones destacables a lo largo de la temporada, se ha convertido en un corredor de un millón de euros anuales. Y eso es lo que le ofrecen otras escuadras. Demasiado dinero como para no cambiar de aires. «¿Son ustedes?», se les pregunta a los mentores del BMC. Y sonríen con picardía cuando se les nombra a Rui Costa. El BMC maneja mucho dinero y con Cadel Evans, maduro como una fruta que se deja mucho tiempo al sol, es necesario buscar un cambio generacional en el equipo estadounidense.

Pero, ayer, Rui Costa recuperó la alegría. Lo convencieron antes de salir: que él era un rematador, que si se colaba en la escapada buena difícilmente habría un ciclista mejor que él. Y en el Col de Manse, 10 minutos antes de que Contador comenzara con su festival de ataques, este portugués de 26 años, con nombre de futbolista, dejó plantados a sus compañeros de escapada -26 llegaron a ser- para ascender en solitario hasta la cima, para lanzarse en la bajada y para anotar en su palmarés su segunda victoria de etapa en el Tour.

El Movistar recuperó la alegría. El domingo se quedaron a las puertas del triunfo con Quintana. Y Valverde no ha dicho la última palabra.