Orlando Ortega se estrena como español con una plata en 110 vallas

El atleta de origen cubano solo es superado por el jamaicano McLeod

Orlando Ortega, entrando segundo en la meta.

Orlando Ortega, entrando segundo en la meta. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / RÍO DE JANEIRO (enviado especial)

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Orlando Ortega es el nuevo subcampeón olímpico de los 110 metros vallas. En su primer gran campeonato con el pasaporte español, el atleta nacido en Artemisa (Cuba) hace 24 años le ha dado al deporte español su séptima medalla en los Juegos Olímpicos de Río 2016, la primera de plata y la primera de cualquier metal para el atletismo español desde Atenas 2004. El hispanocubano, atleta del que se hablará durante tiempo por su tremenda clase en la eléctrica carrera de las vallas altas, ha pagado una mala salida y un pequeño tropiezo en la segunda valla, pero ha reaccionado en la seguna parte de la final y ha entrado pegado a Omar McLeod, que le ha dado a Jamaica el primer oro en esa especialidad. McLeod ha ganado con 13.05, por 13.17 de Ortega y 13.24 del francés Dimitri Bascou.

La medalla de Ortega ya se presumía desde las semifinales disputadas dos horas antes, en las que se ha impuesto en su serie con 13.32, la misma marca de la calificación del lunes, y que le ha llevado con el quinto mejor tiempo a la final, en la que ha salido por la calle 7. La plata le reportará a Ortega el premio de 48.000 euros estipulado por el Comité Olímpico Español a los medallistas de plata.

Al final de la carrera, el vallista no podía disimular su enorme alegría, ya que en su estreno como español ha logrado un éxito indiscutible, mejorando el sexto puesto de los Juegos de hace cuatro años en Londres. 

POR POCOS DÍAS

Ortega es de esos atletas llegados de Cuba que pueden dar muchos triunfos al atletismo español, como en su día hicieron los saltadores de longitud Joan Lino Martínez (bronce en Atenas 2004) o Niurka Montalvo, campeona del mundo en Sevilla 1999. Con solo 24 años, la carrera del vallista de Artemisa no puede ser más prometedora, ahora que dice haber encontrado en España la tranquilidad y la calma para entrenarse que echaba en falta en la convulsa Cuba en sus últimos años allí. Con pocos recursos y polémica con su federación, Ortega decidió que los Mundiales de Moscu de agosto del 2013 serían los últimos campeonatos con su país natal y ya no volvió a Cuba. Se instaló en España, primero en Ontinyent y después en Madrid, donde ahora se prepara en el Centro de Alto Rendimiento con su padre, también llamado Orlando, de entrenador, mientras el resto de su familia está entre Miami y la isla antillana.

Los Juegos son el primer gran campeonato en el que Orlando Ortega puede participar como español, ya que el Comité Olímpico Internacional (COI) fija en tres años el tiempo que debe pasar entre la última competición con el país anterior (fue en Moscú el 11 de agosto del 2013) y la primera con la nueva nacionalidad (en Río, el pasado día 15). Por cuatro días el vallista ha podido colgarse la medalla y mejorar su sexto puesto como cubano en Londres 2012. Con una mejor marca de 12.94 (2015), el pasado mes de mayo fijó su primer récord de España en Doha en 13.12, que luego rebajó en Mónaco a 13.04, dejando muy lejos ya los 13.33 del 2007 de otro vallista nacionalizado, Jackson Quiñónez, originario de Ecuador.

Sus tres años de inactividad en grandes torneos no han mermado el potencial de Ortega, dueño de un estilo sedoso con el que parece deslizarse sobre las vallas, y que le hermanan más a figuras del pasado como Renaldo Nehemiah o Colin Jackson que a los potentes Greg Foster, Roger Kingdom o David Oliver. No le da miedo ni el récord del mundo del estadounidense Aries Merritt (12.80). "No me veo límites, el récord del mundo no me parece imposible, de hecho lo tengo entre ceja y ceja", ha asegurado recientemente Ortega, que en su aterrizaje en España encontró la oposición de los vallistas españoles, que consideraban que él, el también hispanocubano Yidiel Contreras (semifinalista en Río) y el propio Quiñónez cerraban el camino a los de origen nacional. "Fue un malentendido. He hecho amistad con varios de estos vallistas, todos hemos entendido que estamos aquí para trabajar", asegura Ortega, primer medallista olímpico en 110 vallas, una prueba en la que solo Javier Moracho (7º en Moscú-80), Carles Sala (7º en Los Ángeles-84) y Quiñónez (8º Pekín 2008) habían sido finalistas olímpicos.