HISTORIAS DEL FÚTBOL RUSO (5)

El 'buen' oligarca que promociona el fútbol de base en Rusia

Tras vender su participación en una cadena de supermercados, el millonario Serguéi Galitsky impulsa una academia de jóvenes jugadores y al club local de Krasnodar, ciudad donde entrena España

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zentauroepp43972913 from l russian deputy prime minister vitaly mutko russian 180625195934 / AFP / SERGEI KARPUKHIN

Marc Marginedas

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Muy pocos oligarcas rusos pueden presumir de haber suscitado muestras de cariño entre la ciudadanía. En febrero pasado, el multimillonario Serguéi Galitsky vendió a un banco controlado por el Estado su participación en Magnit, una de las principales redes de supermercados de bajo coste de Rusia, una noticia que congregó entonces a cientos de personas junto a la sede de la empresa en Krasnodar. Era una muestra espontánea de agradecimiento hacia el artífíce de una cadena de alimentación que, desde su fundación en los difíciles años 90, se esmeraba en abaratar sustancialmente los precios, abriendo puntos de venta en olvidadas ciudades de provincia, lejos de las clases acomodadas en Moscú y San Petersburgo.

Hay versiones para todos los gustos acerca del móvil de dicha trasacción. Algunos aseguran que lo hizo 'a instancias' del Kremlin, una práctica nada extraña en un país donde el poder político sigue decidiendo quién se hace rico y cómo. Otros mantienen que después de dos décadas, este empresario de origen armenio había perdido todo el interés en el comercio minorista, y prefería concentrar sus energías en su verdadera pasión, el fútbol.  

Sea como fuere, el balompié ruso ha salido ganando con el intercambio. Porque Galitsky, de los pocos magnates locales que ha hecho fortuna creando un negocio desde cero y no aprovechándose de las privatizaciones a precio de saldo de las empresas estatales soviéticas, es el impulsor del FC Krasnodar, uno de los clubs más estables y saneados de la Premier League, y de la academia de fútbol radicada en la ciudad homónima, donde la selección española ha establecido su cuartel general.

Impresionantes instalaciones

Quienes han visitado las instalaciones para el entrenamiento de jóvenes talentos en la sureña población hablan maravillas. "Con sus callejones rodeados de frondosa vegetación y sus relucientes edificios negros y grises, el complejo se asemeja más a un campus de Sillicon Valley que a un campo de entrenamiento de fútbol", escribió recientemente Max Seddon en Financial Times. Los equipamientos también son de última generación. "Un robot valorado en 500.000 dolares (unos 428.000 euros) dispara balones de fútbol a los jugadores para afinar sus reacciones y su control", destacó el mismo diario británico.

Al frente de la academia en la que Galitsky ha invertido 76 millones de euros, ha colocado al serbio Aleksándar Marjanovic, un hombre que ha publicado detallados estudios sobre la motivación entre jugadores de edades comprendidas entre los 12 y 15 años. En esta versión rusa de 'La Masia', el aspirante a jugador no solo aprende de fútbol, sino que también es escolarizado, estudiando materias como idiomas o matemáticas.  

El objetivo de todo ello es neutralizar los males que atenazan al fútbol de Rusia. En especial, la tendencia de los espónsors de los clubes, muchos de ellos millonarios, a contratar a golpe de talón. Y sin olvidar en ningún momento la lacra de la violencia y el racismo. Porque los jaleos de los adolescentes de su academia que, acompañados de sus padres, asisten a los partidos del FC Krasnodar, casi han hecho enmudecer los cánticos de los pocos ultras que aún se posicionan en el gol sur del estadio local.