OLIMPISMO

Mireia Belmonte, la competidora voraz

El carácter y la ambición explican el bronce de la nadadora badalonesa en los 400 estilos, la tercera medalla olímpica de su carrera

Mireia Belmonte, en Río de Janeiro.

Mireia Belmonte, en Río de Janeiro. / EFE / LAVANDEIRA JR.

LUIS MENDIOLA / RIO DE JANEIRO (enviado especial)

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mireia Belmonte abrió la cosecha de medallas para España en los Juegos de Río. La nadadora badalonesa es una apuesta que nunca falla. Lo hizo en Londres-2012 y ha vuelto a repetirlo cuatro años después demostrando su alma competitiva. Es su tercera medalla olímpica tras las platas del 200 mariposa y 800 libre de Londres y la 40ª presencia en las grandes competiciones internacionales, un palmarés envidiable para una nadadora que cumplirá los 26 años el próximo noviembre.

Con un derroche de carácter, ambición y talento a partes iguales, Belmonte se adueñó de la medalla de bronce en los 400 estilos en la primera jornada de la natación en Brasil. En la final hizo caer de su lado un espectacular pulso con la británica Hannah Miley, que resolvió en los 25 metros finales, vaciándose por completo en un larguísimo esprint. En las tres últimas brazadas, mientras miraba de reojo a la inglesa, tocó la pared con toda la determinación y las escasas fuerzas que aún le quedaban para guardarse un lugar en el podio con un tiempo de 4.32.39 minutos.

El oro, indiscutible de principio a fin, se lo llevó ese portento de la natación llamado Katinka Hosszu, la ‘dama de hierro’ que pulverizó el récord del mundo y lo dejó en 4.26.36. Lejos, a más de cuatro segundos, incapaz de seguirla, entró la nueva perla de la natación estadounidense, Maya Dirado.

ABRIR LA PUERTA

Fue un bronce con un sabor muy dulce el que se colgó Belmonte, sobre todo, por el empeño y la determinación que puso. "Ojalá que esto haya abierto la puerta a las demás medallas", comentó, comprometida con la apuesta del equipo en estos Juegos, en el que ella tenía un papel capital.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Mireia Belmonte","position":"NADADORA","text":"Fue un final ag\u00f3nico, intent\u00e9 darlo todo en esa parte decisiva y superar las sensaciones raras del principio de carrera\""}}

Exhausta después de entregar hasta la última gota de energía en la carrera, Belmonte reconoció que lo pasó mal en el agua. "Fue un final agónico, intenté darlo todo en esa parte decisiva", admitió la nadadora española que reconoció que se lanzó “con sensaciones raras” al agua, sin acabar de encontrarse del todo cómoda. 

"Lo vi muy complicado en el primer cincuenta del crol, pero no dejé de luchar. En ese momento decidí aguantar la respiración, darlo todo y, al final, pegué un manotazo en la pared para llegar", reconoció Belmonte, que completó los últimos 50 metros en 29.82 segundos, el segundo mejor tiempo de las ocho finalistas.

ORGULLO DE MADRE

"Es una emoción y un orgullo ver a Mireia ganar de nuevo, pero sobre todo el arrojo y su fuerza para hacerlo posible, algo que siempre he intentado inculcarle desde pequeña", admitió su madre, Paqui García, que se encuentra en Río de Janeiro como embajadora de la campaña "Gracias mamá", de P&G, y siguió la prueba desde la grada del Centro Acuático de Río.

Esa fuerza a la que se refiere su madre emerge del carácter competitivo e insaciable de la propia Mireia, que ha conseguido dar su mejor dimensión como deportista desde que entrena, desde el 2010, con el técnico francés Fred Vergnoux, que ejerce también de amigo y psicólogo con la nadadora badalonesa y es la persona que le ha ayudado a creer en sí misma.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Fred Vergnoux","position":"T\u00c9CNICO DE BELMONTE","text":"Llevamos muchos a\u00f1os juntos, pero Mireia es capaz a\u00fan de sorprenderme. Es una fiera competidora\""}}

De la mano de Vergnoux, Belmonte ha pasado de ser la talentosa nadadora que con apenas 17 años se proclamó campeona de Europa de los 200 estilos en 2008 en Eindhoven, a la competidora voraz que subió al podio en los 400 estilos, apartada de su zona de confort, decidida a explorar nuevos retos y nuevos límites.

DOS BALAS MÁS

 “Llevamos ya muchos años juntos, pero Mireia aún es capaz de sorprenderme. Es una fiera competidora, que te obliga a plantearle siempre nuevos desafíos, que sabes que cumplirá y lo que siempre me maravilla es que todo con una enorme sonrisa. Disfruta con lo que hace y eso es fundamental”, valora su técnico.

Belmonte, que en la previa de los Juegos consideró que sus mejores opciones estarían en el 200 mariposa y el 800 libres, subrayó que nunca descarta nada. "Hablé de las otras dos porque son en las que conseguí medalla en Londres, pero nunca hay que tener preferencias en las pruebas. Hay que luchar todas por igual", explicó la nadadora badalonesa que este domingo se quedó fuera de la final de los 400 libre, su prueba más floja, pero a la que aún le aguardan dos inmensos retos por delante en el 200 mariposa y el 800 libre, las dos modalidades en las que se consagró en Londres.