Lopetegui ya le anunció a Florentino que faltaba gol

La inspiración divina, el rezo, creer, te permite ser tan brillante, transparente y sincero como lo fue el costarricense Keylor Navas, en la triste noche moscovita, cuando le preguntaron si creía que el Real Madrid estaba echando en falta los 50 goles (perdón, 451 en nueve temporadas) de Cristiano Ronaldo. Keylor, que si no hubiese sido por un fax haría ya mucho tiempo que estaría en el Manchester United, simplemente dijo que, lógicamente, se echaban a faltar, cómo no, “porque sería absurdo pretender tapar el sol con el dedo”.

Ese sol, esa luz, ese faro, esos fogonazos de fútbol, perdón, de goles, fútbol menos, es cierto, es lo que ha convertido a Julen Lopetegui, según escriben ya un montón de gurús de la corte blanca, “en un entrenador que empieza a tener la misma cara de triste que se le puso a Rafa Benitez poco antes de que lo despidiesen por aburrido, por antiguo”. Y es que Lopetegui, el entrenador que Florentino Pérez contrató arrancándoselo a España, 48 horas antes de que empezase el Mundial después de que Joachim Löw, Mauricio Pochettino y Massimiliano Allegri dijesen que no, ha firmado ya dos de los récords más nefastos de la reciente (y no tan reciente) historia del laureado Real Madrid.

El peor arranque en décadas

Lopetegui es el primer entrenador de la ‘era Florentino’ que pierde tres de los diez primeros partidos oficiales de una misma temporada: Supercopa ante el Atlético, goleada en el Sánchez Pizjuan ante el Sevilla y derrota en Champions, en Moscú, ante el CSKA. Peor aún, o casi, el Real Madrid se ha tambaleado (a excepción de la noche europea de la Roma, que va 9º en el ‘calcio’ ¡a 10 puntos de la Juve!) frente a todos los ‘bichos’ que se ha enfrentado: Atlético (Supercopa y Liga en el Bernabéu), San Mamés, Pizjuan y Moscú. Hay que remontarse a 1996, con el simpático técnico gallego Arsenio Iglesias en el banquillo, y a 1998, con el holandés Guus Hiddink para encontrar una racha tan mala de inicio.

La pregunta que retumbó desde Valdebebas al Bernabéu y que, en las primeras jornadas, ante rivales accesibles, muy accesibles, se respondió que “el equipo, que será mucho más coral y jugará más en equipo”, sobre quien iba a marcar los 50 goles que se inventaba CR7, sobrevuela como una luz cegadora. Y no porque CR7 continúe enchufándolos o dándolos, pues ahora, en la ‘Vecchia Signora’, ha descubierto el placer de servirlos, sino porque lo que se defendió desde el palco y desde el banquillo era que no hacía falta gastarse 200 millones de euros en nadie y, mucho menos, en Eden Hazard, que se está saliendo en el Chelsea, ha empezado a ser mentira.

No sustituir a Cristiano

Es evidente que la sensación puede ser de crisis pasajera. Es más, la trayectoria del Real Madrid en las últimas campañas (casi nunca ha tenido necesidad de ser primer de grupo en la fase previa de la Champions para ganarla), hace que la paciencia sea inmensa alrededor de la Casa Blanca y, aunque Florentino Pérez tiene una gran influencia sobre los medios de comunicación, ya empiezan a oírse voces discordantes con el pasotismo vivido por la presidencia a lo largo de todo el verano cuando, al parecer, se hizo muy poco caso a las peticiones del nuevo 'mister'.

Cuando se dejó salir a CR7 por diez veces menos de su clausula, la consigna desde la presidencia era que todos lo harían todo. Insisto, que el equipo sería más coral. Bueno y que Bale dejaría de lesionarse (será gravemente, pues ahora está en el dique seco), que Benzema se dispararía en el Pichichi, que Asensio sería una mezcla de Iniesta-Xavi-Modric-Isco, que Isco sería ‘D10S’, que Modric y Kroos no envejecerían, que Ramos y Varane no necesitaban rotar…y, mientras, sospechan muchos, el ‘ser superior’ ha decidido hacer caja para el Bernabéu galáctico, el de los 600 millones de euros de inversión, y la llegada, dicen, de un técnico estrella (alguno de los que este año dijeron “no”), Mbappé o Neymar.

No peligra Lopetegui

Los números de este arranque dubitativo del Real Madrid de Lopetegui, que ya emitió una señal dañina en la derrota ante el Atlético en la Supercopa, demuestran que Viktor Goncharenko, técnico del CSKA de Moscú, tenía razón cuando el lunes dijo “es un buen momento para ganarle al Real Madrid”. Sabía lo que decía. Tanto que, al acabar el partido, reconoció que “lo más difícil del día ha sido calmar a mis jugadores en el descanso pues el 80% de ellos no se creían que estaban ganando al tricampeón de la Champions de las tres últimas ediciones”.

Mucho tendría que empeorar el panorama blanco para que el puesto de Lopetegui corriera peligro. ¿Por qué?, porque, de puertas hacia adentro, todo el mundo sabe que el técnico estuvo pidiendo a gritos un goleador de garantías, enorme, contrastado tanto a Florentino Pérez como a José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid. Es decir, lo que está ocurriendo fue anunciado por Lopetegui. Y si, finalmente, contrataron a Mariano fue porque el Lyon les llamó diciendo que tenían una oferta del Sevilla por él y, si no ejercían el derecho de tanteo (muy inferior a lo que estaba dispuesto a pagar el Sevilla), se lo venderían al equipo de Nervión.