LONDRES 2012

Juegos blindados

Varios nadadores se entrenan en la piscina del Centro Acuático.

Varios nadadores se entrenan en la piscina del Centro Acuático.

BEGOÑA
ARCE

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Mejor estar en Stratford que en Helmand, deben pensar después de todo los soldados al cuidado de la Villa Olímpica, movilizados a pocas horas del inicio de los Juegos más vigilados de la historia. Con la incorporación de varios refuerzos suplementarios de última hora, el número de tropas en Londres 2012 es de 18.000, el doble de las fuerzas que el Reino Unido tiene en Afganistán. Vestidos con uniforme de camuflaje, revisando pases y chequeando mochilas y equipos, la presencia abrumadora de militares imprime al recinto deportivo cierto aire de fortín cuartelero. Las autoridades británicas, obsesionadas con la seguridad, parecen haber querido hacer un despliegue muy visible y disuasorio. En total, 40.000 miembros de distintas fuerzas velarán por la seguridad en las próximas semanas. El ambiente sin embargo es relajado.

«Buenos días», saluda en un castellano entendible un soldado pelirrojo de labio partido y pelo rapado. Tras comprobar la autenticidad de la acreditación de prensa, le repite lo mismo, pero en japonés, a una joven colega nipona. «¿Cuántas lenguas habla?», preguntamos. «Hablar, hablar, solo inglés, pero chapurreo otras 15», contesta aparente-

mente divertido y bastante entre-

tenido con su nueva tarea.

BANDERAS Y TATUAJES / Dentro de las instalaciones todo es color y bullicio. Muchos atletas han colgado en los balcones de sus dormitorios las banderas de sus respectivos países, que están también dibujadas en los gorros de goma de los nadadores de Canadá y Estados Unidos. Ayer a las diez de la mañana ambos equipos se hallaban en pleno entrenamiento junto a otros muchos, en las dos piscinas del complejo acuático. Unshowde cuerpos cincelados y abundantes tatuajes, como el cocodrilo que luce en el omoplato el americano Ryan Lochte, el mayor rival de Michael Phelps, o los aros olímpicos grabados en el pecho, de su compañero de equipo, Cullen Jones.

En el estadio olímpico estaba previsto anoche el segundo y último ensayo de la ceremonia de apertura del viernes, con miles de actores y extras. Las viudas de los atletas y entrenadores israelís, asesinados hace ahora cuarenta años en Múnich, han hecho un llamamiento al público que asista a la inauguración, para que se ponga en pie cuando el presidente del COI, Jacques Rogge, tome la palabra. De esta forma quieren que se rinda homenaje a los 11miembros de la delegación que cayeron asesinados, a manos de un grupo terrorista palestino, en los Juegos Olímpicos de 1972.

ESCÁNDALO EN LA RED / En los primeros juegos de las redes sociales, las meteduras de pata serán inevitables. Grecia expulsó ayer de su equipo a la triple saltadora Voula Papachristou por mofarse en un tuit de los inmigrantes africanos y mostrar su apoyo a la extrema derecha griega. «Con tantos emigrantes africanos en Grecia, al menos los mosquitos del Nilo Occidental pueden comer comida casera», decía el estúpido comentario haciendo referencia a la plaga del mosquito africano que asola en su país. Un comentario «contrario a los valores e ideas del movimiento Olímpico», según indicaron los responsables del comité heleno.

«Estoy muy arrepentida y avergonzada por las respuestas negativas que he provocado, ya que nunca quise ofender a nadie», se disculpó la atleta en Facebook. «Mi sueño está ligado a los JJOO y no podría participar si no respetara sus valores».

ADIÓS SIN EMPEZAR / Papachristou no es la única para la que el viaje a Londres se ha acabado antes de empezar. La delegación de Marruecos suspendió provisionalmente a Mariem Alaoui Selsouli después de que la corredora de 1.500 metros diera positivo en los controles anti dopaje. Alguien debería haberle advertido que en estás Olimpiadas será más difícil escapar a la detección de sustancias prohibidas por los continuos controles.