CAMPEÓN MUNDIAL DE MOTOCRÓS

Jorge Prado acaricia el cielo con solo 17 años

Jorge Prado, flamante campeón del mundo de motocross, con solo 17 años, se apoya en su KTM.

Jorge Prado, flamante campeón del mundo de motocross, con solo 17 años, se apoya en su KTM. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Jorge Prado (Lugo, 5 de enero del 2001) fue, en efecto, el mejor regalo de Reyes que familia alguna puede desear. “No sé si es el hijo perfecto pero, desde luego, es el yerno ideal”, dice su mánager Diego Muñoz, uno de los mejores fotógrafos que había, en los años 80 y 90, en el Mundial de motociclismo.

Jorge acaba de proclamarse nuevo campeón del mundo de motocrós (MX2), que es la sala de espera de los grandísimos campeones. Y lo ha hecho, sin correr. Perdón, corriendo más que nadie (en los últimos meses ha ganado cinco de las últimas seis carreras), pero sin tener que jugarse la vida mañana, en Imola (Italia), donde se celebra la última cita del Mundial.

Jorge, de 17 años, ¡ahí tienen al mocoso!, se enteró el viernes, cuando se subía al coche de su padre Jesús para desplazarse de Santa Marinella (Italia), donde ha estado viviendo el último año, entrenándose con el equipo de Carlo de Carli y el nueve veces campeón del mundo Toni Cairoli, hasta Imola.

De Carli llamó a Jorge y le dijo que el letón Pauls Jonass, con quien había chocado en la prueba de Turquía, acababa de salir del quirófano tras operarse la rodilla derecha que se había dañado en ese percance. “¡Ya somos campeones!”, le dijo al joven y nuevo campeón. "Me dijiste que no bromeásemos con eso", le espetó Prado.

"Que no, Jorge, que no, que es verdad", añadió De Carli. Claro que Jorge iba a serlo de cualquier manera pues solo tenía que acabar ¡entre los 16 primeros! de la primera…o segunda manga. Demasiado fácil para alguien que se ha convertido, según palabras del mítico Stefan Everts, diez veces campeón del mundo de motocrós y maestro de Prado, “en el futuro del motocrós mundial”.

"Jorge es el futuro del motocrós mundial. Lo tiene todo para ser el mejor. Debería ser una roca, como lo fui yo. Aprende rápido y es un portento, sí"

Stefan Everts

— Diez veces campeón del mundo de motocross y mecenas de Jorge Prado

Lo de Jorge, perdón, lo de la familia Prado García, lo de papá Jesús, mamá Cristina y la pequeña Cecilia (“a mí no me gusta nada el motocross pero yo, por mi hermano, hago lo que sea”), es, sino digno de alabar pues igual a muchos les parecerá una auténtica locura (“sí, no me extrañaría que alguien piense que estamos como una cabra”, dice Jesús), necesario de explicar.

Rumbo a Holanda

Cuando Jorge tenía 10 años y, por vez primera en la historia de las carreras, una marca, la fabulosa KTM, se atrevió a contratar al primer niño-campeón, los Prado García desmontaron su casa gallega y se instalaron en un pueblecito, llamado Lommel, en la frontera entre Bélgica y Holanda.

Como decía Isidro Páez, uno de los mecánicos que ha tenido el niño gallego, “si quieres ser alguien en el mundo del motocrós, te tienes que instalar en Bélgica”. “Aquí”, explicaba Ruben Tureluren, otro mecánico de KTM que aparece en el fabuloso ‘Informe Robinson’ que le dedicaron a Prado, en el 2014, “hay 20 circuitos diferentes en un radio de 10 kilómetros. Te puedes pasar el año entrenándote en distintos trazados”. Bélgica es el vergel de motocrós.

Y allí han estado instalados los Prado García añadiendo al español, inglés, francés e italiano que ya chapurreaba Jorge (“bueno, todos con un gracioso acento gallego”, dice el joven) un idioma más, el holandés. Eso sí, la familia ahora, en el último año, se ha dividido aunque se ven cada semana.

Mamá Cristina y Cecilia siguen en Lommel, Jesús y Jorge están en Italia. La razón no es otra que aumentar aún más la dureza de sus entrenamientos. “Te ayudamos a trasladarte a Italia, pero piensa que De Carli maltrata a sus pilotos, te meterá una caña increíble, tú mismo”, le dijo Pit Beirer, director de competición de KTM. Y ahí está Jorge, con un cuerpo esculpido en mármol de Carrara.

El campeón más precoz

Lo cierto es que Jorge, que en enero se sacará en Lugo el carnet de conducir pues Fiat le ha prometido un regalo, empezó jugando con una moto de trial que le compró papá. En cuanto se pasó al motocrós, se convirtió en el ‘puto amo’. A los 7 años, ganó su primera carrera; a los 8, ya era campeón de Madrid; a los 9, campeón de España; a los 10, campeón del mundo de 65cc; a los 15, hizo podio en su primer GP de MX-2 (Assen-2016), frente a pilotos tres, cuatro y hasta cinco años mayores que él; a los 16, ya ganó su primer GP de MX-2, en Trentino-2017.

"Cuando tú ves a Jorge sobre la moto, sólo puedes compararlo a cuando Messi lleva el balón en sus pies o a cuando Marc Márquez pilota su Honda"

Ruben Tureluren

— Mecánico de KTM en el 'Informe Robinson' dedicado a Jorge Prado

“Yo empecé haciendo motocrós y tengo una especial debilidad por esta especialidad, aunque tengo que ir con cuidado porque es peligroso”, comenta Marc Márquez, tetracampeón de MotoGP más joven de la historia. “Que Jorge haya conquistado este título es importantísimo para nuestro motociclismo y, sobre todo, es la recompensa que se merece una familia y un niño que lo arriesgaron todo para cumplir ese sueño. Como lo será si Ana Carrasco conquista mañana, en Magny Cours, el título mundial de Supersport300. Son dos logros fantásticos, de los que debemos estar todos muy orgullosos”.

Un prodigio

Márquez ha coincidido un par de veces con Prado y tiene la sensación de que “Jorge va a disparar el motocrós en España”. Quien está convencido de ello es José Luis Martínez, excampeón de España de motocross y que, desde hace tres años, es el entrenador personal del ‘nen de Cervera’. “Yo cada año hago un par de cursillo de motocross en Castellolí. Y, hace siete años, es decir, cuando Jorge tenía 10, su padre lo inscribió. Por la mañana estaban los mayores y, por la tarde, lo niños, pero Prado se pasó todo el día allí. Yo no sabía quién era, claro, pero no paraba de preguntarme cosas técnicas”.

El caso es que llegó el momento de subirse a la moto. “Y yo, la verdad, nada más ver a aquel renacuajo como le daba la patada a la moto para ponerla en marcha, llame a mi padre y le dije ‘papá, por favor, no le saques el ojo de encima a ese mocoso’. Y puedo jurar que tanto mi padre como yo, que hemos visto de todo en este mundo, no habíamos visto nada igual. Era un portento, por la tierra, en el aire, en las curvas, poseía una técnica única, volaba en los saltos, no se descompensaba en ningún momento..¡uf! ¡un prodigio!”.

"Una roca"

Luego, papá Everts Stefan lo tuvieron en otro cursillo, este ya de KTM, en Castellón y fue cuando, rompiendo todas las normas habidas y por haber, lo ficharon. “Es muy, muy bueno. Yo siempre le digo lo mismo: sé una roca, como lo fui yo, y serás el mejor”, explica el campeonísimo Everts. “Ya es una roca”, dice Diego Muñoz.

“Cuando tú ves a Jorge en la moto es como si vieses a Leo Messi conduciendo la pelota o a Marc Márquez pilotando la Honda. Pura fantasía”, dice Ruben Tureluren, que, como José Luis Martínez, los ha visto de todos los colores, edades y tamaños. A los campeones, digo.