DEBACLE DEL CUÁDRUPLE CAMPEÓN DEL MUNDO

Italia se despide del Mundial con una derrota vergonzosa

La campeona fracasa ante la debutante Eslovaquia y deja al descubierto todas sus miserias

Cannavaro, hundido por la eliminación al término del partido mientras un eslovaco celebra el triunfo, anoche en Johannesburgo.

Cannavaro, hundido por la eliminación al término del partido mientras un eslovaco celebra el triunfo, anoche en Johannesburgo.

RAÚL Paniagua

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Cuando se camina al filo del alambre toda la vida, algún día se produce la caída. Italia lo sabe porque no es la primera vez que fracasa en un Mundial, pero la derrota de ayer fue una de las más vergonzosas en la historia de la selección azzurra. De campeona en el 2006 a humillada cuatro años después por Eslovaquia, una debutante que alcanzó la gloria. Hasta tres goles (3-2) le marcó a la reina del cerrojo, que siguió el camino de Francia. Los dos finalistas de la última edición están en la calle.

El 24 de junio del 2010 será recordado en Italia como uno de los días más humillantes para el calcio. Un miserable empate le habría bastado a la campeona para estar en los octavos. Pero ha acabado última en un grupo sencillísimo. Empató con Paraguay y Nueva Zelanda, y cayó ante Eslovaquia. Un desastre mayúsculo que no sufría Italia desde 1974.

UN EQUIPO CADUCO / Las similitudes con la caída de Francia son evidentes, aunque los italianos al menos han mantenido la unión hasta el último segundo. Pero cuando no hay mimbres es difícil construir un cesto, sobre todo si el artesano se empeña en ralentizar la faena hasta el límite. No siempre se llega a tiempo a los sitios. No siempre se consigue el fin con la ley del mínimo esfuerzo. Alguna vez se fracasa en el intento.

El Ellis Park de Johannesburgo fue el escenario de la penitencia del campeón, que despertó demasiado tarde. La fortuna suele acompañar a la azzurra, que ha sacado oro en situaciones difíciles, pero ayer no tuvo suficiente con 20 minutos de casta y tesón, comandados por Fabio Quagliarella, el delantero del Nápoles que acabó llorando en los brazos de Cannavaro, el reflejo más evidente de la ruina de una Italia caduca.

Porque el tiempo pasa y nadie es eterno. Lippi, el salvador que debía repetir la proeza de Alemania, se rodeó de jugadores de su confianza, como si el grupo fuera lo único importante, olvidándose del balón. La debacle ante Eslovaquia la vivieron en primera persona Cannavaro, Gattuso, Zambrotta, Iaquinta y Pirlo, treintañeros que se coronaron en el 2006. Buffon, otro de los héroes de aquel título, no jugó por la hernia discal que padece, pero sintió la misma humillación que sus compañeros.

POLÉMICA ARBITRAL / Aún jugándose la vida, Italia empezó al ralentí, quizá consciente de que un empate le servía si Nueva Zelanda no ganaba a Paraguay. Vittek (m. 25) despertó a los transalpinos tras un error de De Rossi. La lógica invitaba a pensar en una feroz reacción, pero faltaban ideas. El centro del campo era un desierto. Nadie asumía galones y Lippi se vio obligado a colocar a Pirlo.

Quagliarella, que había sustituido a un nefasto Gattuso, acarició el tanto, pero Skrtel lo evitó en la línea. Gol fantasma. El balón quizá entró, pero nadie podrá afirmarlo con seguridad. Vittek (m. 73) repitió diana y la campeona parecía muerta. Pero Italia tiene siete vidas. Resucitó con un gol de Di Natale (m. 81) y protagonizó unos minutos heroicos, en los que atisbó una meta que no alcanzó. El colegiado evitó otra vez el empate por un dudoso fuera de juego del punta del Nápoles (m. 85). Kopunek lo puso más difícil para Italia, que volvió a soñar con un golazo de Quagliarella. Pepe, en el último segundo, tuvo el empate en sus botas. Pero esta vez la épica dio paso a la vergüenza en un final inolvidable.