Islandia da el golpe y echa a Inglaterra

El equipo nórdico multiplica su hazaña con el pase a cuartos, donde se medirá con Francia, y Hodgson dimite como seleccionador inglés

Aron Gunnarsson y sus compañeros de la selección de Islandia celebran la victoria frenta a Inglaterra.

Aron Gunnarsson y sus compañeros de la selección de Islandia celebran la victoria frenta a Inglaterra. / periodico

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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Hacer historia ya la había hecho al meterse en su primera fase final y mucho más al alcanzar los octavos. Lo de Islandia después de liquidar a Inglaterra y meterse en cuartos, donde le espera Francia, le ha abierto directamente las puertas para formar parte de la leyenda del fútbol desde ya. El conjunto nórdico rompió todos los pronósticos y los esquemas de su rival inglés, que no supera una eliminatoria directa desde el Mundial de Alemania 2006.

Islandia, que apenas cuenta con 100 jugadores más o menos profesionales, echó a los inventores de este juego, en el que siempre hay sitio para los héroes verdaderos. Ragnar Sigurdsson y Sigthorsson lo son desde que remontaron con sus tantos el gol inicial de Rooney. 

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La derrota conllevó la dimisión inmediata de Roy Hodgson como seleccionador inglés. "Estamos fuera de la Eurocopa, así que es hora de que otro supervise el progreso de este grupo de jugadores hambrientos de éxitos y llenos de talento", dijo en la rueda de prensa posterior al partido. 

Hodgson reemplazó en su día a Fabio Capello. Ahora, Gary Southgate y Alan Shearer aspiran a sucederle en el cargo.  "Mi contrato llegaba hasta este torneo. Me habría encantado seguir otros dos años, pero ahora es el turno para otro entrenador", añadió.

CLARO PENALTI

Y es que el último cruce de octavos comenzó a pedir de boca para Inglaterra, en la que finalmente Hodgson tiró del alicaído Sterling, quien no tardó en convertirse en la primera amenaza para la defensa islandesa. En su segunda llegada controló un lanzamiento en largo y sacó un claro penalti a Halldorsson. Lo convirtió Rooney (m. 5) y la empresa su puso muy cuesta arriba para la gran sensación de la Eurocopa, junto con Gales.

AUTOESTIMA

Pura teoría porque apenas un minuto después los nórdicos se dieron un chute de autoestima en un saque de banda que acabó en el gol del empate, obra del central R. Sigurdsson tras la prolongación de cabeza de su compañero en el centro de la defensa, Arnason (m. 6).

Vitamina de la mejor para Islandia, que redobló su presión en todo el campo para confundir del todo a Inglaterra, que no acababa de creérselo mientras sus modestísimos rivales se mostraban empeñados en demostrar que lo de alcanzar también los cuartos, como los galeses, no era ni mucho menos un brindis al sol.

Lo empezaron a acariciar con otro zarpazo descomunal a los ingleses. Buen pase interior de G. Sigurdsson,  el líder y jugador islandés más completo, toque de Bodvarsson y resolución de categoría con la derecha de Sigthorson, que contó además con la colaboración de Hart (m. 18).

ESCENARIO INSÓLITO

Un escenario insólito con asombroso protagonismo de Islandia, que ni mucho menos se dedicó a rifar la pelota para intentar ir ganando como fuese minutos al reloj. El entusiasmo y los nada despreciables fundamentos del equipo dirigido por el sueco Lagerback no le permitieron arrugarse, entre otras cosas porque fueron los primeros en detectar el desconcierto de una Inglaterra muy previsible, sin ninguna profundidad. Solo Sturridge, a la media hora, pudo progresar con posibilidades por la derecha para pasar hacia Kane, cuya espectacular volea  tuvo una no menos espléndida respuesta por parte de Halldorson.

A la vuelta del descanso, otra vez el central R. Sigurdsson avivó el fuego en que se consumía Inglaterra. Culminó un córner con una chilena que afortunadamente para Hart dirgió el balón hacia su posición. La respuesta británica se diluyó entre la precipitación y los tiros lejanos que facilitaron la labor a la rocosa zaga islandesa, donde  R. Sigurdsson también se mostró impecable en lo que presuntamente es lo suyo. Con un cruce espectacular impidió que Vardy fusilara a Hallsdorsson en la única ocasión clara que los ingleses pudieron fabricar en el segundo tiempo, mientras Islandia rozaba el tercero con dos zapatazos de Saevarsson y Gunnarsson sin haber renunciado nunca a salir con el balón jugado desde su área.

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