Una federación con métodos mafiosos

La Agencia Mundial Antidopaje publica mañana la segunda parte del informe contra la IAAF en el que quedarán al descubierto los métodos del expresidente Diack de corrupción y blanqueo de dinero a cambio de tapar positivos

Diack y Coe, presidente saliente y entrante de la IAAF

Diack y Coe, presidente saliente y entrante de la IAAF / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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Lamine Diack pasaría por un honorable anciano, un hombre que podría explicar a los más jóvenes, o no tan jóvenes, su experiencia a lo largo de 15 años al frente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). Con 82 años sus consejos deberían servir para mejorar, aconsejar a todos y conseguir que el atletismo mundial, “esa gran familia”, como acostumbraba a decir, se situase en lo más alto del deporte mundial.

Sin embargo, este panorama lógico para un hombre que manejó el atletismo a lo largo de una década y media, está a años luz de la realidad. Su nombre está aliado con la corrupción, con el blanqueo de dinero y hasta con prácticas mafiosas dentro del seno de la IAAF. Y es precisamente su figura la que este jueves puede quedar en entredicho, la señalada como principal culpable de los males y el deteriodo de la imagen federativa y el centro de la acusación en la segunda parte del informe de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) que se hará público a las 15 horas en un hotel de Múnich, por parte de Dick Pound, antiguo presidente de la agencia y quien ha estado al frente de la comisión independiente que ha analizado los dopajes, los que han visto la luz y los que se han tapado, con la federación rusa en el núcleo del sistema.

Cuatro nombres son los que deben aparecer como principales culpables del sistema operativo clandestino que la IAAF utilizó para tapar positivos a cambio de dinero, que luego se blanqueaba, algo que, por desgracia, también se ha visto, de forma parecida, en algunos ambientes de la política. Habib Cissé, consejero jurídico de la IAAF, Gabriel Dollé, médico francés al frente de la comisión médica federativa, y Papa Massata Diack, uno de los 15 hijos de Lamine, y que, al parecer, era una de las personas de confianza de su padre en el seno federativo.

LOS SOBORNOS

A Lamine Diack se le acusa de haber entregado diversas cantidades de dinero a su médico federativo para que hiciera la vista gorda en los controles antidopaje, la mayoría de ellos procedentes de Rusia. Al médico francés de haber admitido los sobornos y, por lo tanto, no haber aplicado como debía la disciplina pertinente en los positivos descubiertos. Cissé, por su parte, como consejero, estaría al tanto y formaría parte de todo el entramado, que ha supuesto uno de los mayores escándalos en matería de dopaje en la historia del deporte.

Mas que nombres propiamente, medallas que fueron y no debieron ser, más que conocer la identidad de más atletas tramposos, la finalidad de la segunda parte del informe de la AMA es destapar el funcionamiento y hacer públicas las cantidades percibidas por Diack y sus colaboradores, al menos desde el 2009; unas cifras que desde Rusia superarían el millón y medio de euros.

Diack dirigió la IAAF hasta que en agosto del 2015 fue relevado por Sebastian Coe, el antiguo campeón británico, que habría colaborado al máximo con la AMA para cerrar el capítulo negro de sus antecesores y tratar de mejorar la imagen tan dañada del atletismo. La primera parte del informe fue como una bomba que estalló con todo su efecto sobre los atletas rusos, suspendidos en la actualidad de toda competición internacional y con los Juegos de Río en el aire.