LA JORNADA DE DESCANSO DE LA VUELTA

Froome desecha el desánimo y anuncia batalla

«Todavía no doy nada por perdido en una carrera hermosa y especial para mí», afirma

Froome, durante la subida a los Lagos de Covadonga, el pasado domingo.

Froome, durante la subida a los Lagos de Covadonga, el pasado domingo.

SERGI
LÓPEZ-EGEA

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Chris Froome no se da por vencido. Admite que Alberto Contador está «fortísimo», que «no comete errores» y que «corre con inteligencia». Pero afirma también que atacará porque quiere ganar una carrera, la Vuelta, «hermosa y especial para mí», dice.

Tomaba ayer un refresco Chris Froome con sus compañeros del Sky, a las afueras de A Coruña, jornada de descanso, donde hay que entrenar para que no se agarroten las piernas. Le acompañaba David Fernández, uno de sus mecánicos, de Palamós. Y se sentía entristecido y cabizbajo. No porque Contador le arrebatara la gloria, el lunes en la Farrapona. No era ese el motivo. «Para nosotros -le dijo a su mecánico- la Vuelta hasta puede resultar un juego, pero el policía se ha matado. Y eso no es un juego». Así que le dio su móvil a Fernández y le pidió que le escribiera en castellano un pésame por el guardia civil que el domingo se estrelló en un descenso con su moto y se mató, mientras señalizaba los peligros a los ciclistas. Ayer se celebró su funeral. Tenía 41 años y tres hijas. «Mi más sentido pésame para la familia y amigos de Eusebio García», puso en su cuenta personal de Twitter.

LA FRACTURA DEL TOUR / El mismo Froome que explicaba, la noche antes, mientras cenaba, lo admirado que estaba del público español, que en vez de pitarlo o abroncarlo, el domingo cuando se había quedado rezagado de Contador, Alejandro Valverde y Purito Rodríguez, lo animaba en plena subida a los Lagos de Covadonga. «¡Venga, venga!», le decían. Al igual que sucedió el lunes, en la Farrapona, tras descolgarse de Contador. Éxtasis con el paso del madrileño y aplausos para Froome, camino de una incierta captura. «Una cosa que me encanta de la Vuelta... los españoles son increíbles aficionados a este deporte, animan a todos», volvió a dictarle a su auxiliar.

Y es que Froome, a pesar de no llegar en un buen estado por la fractura de muñeca sufrida en el Tour, se ha metido en carrera y por nada va a renunciar el domingo a la foto del podio final en Santiago, sea cual sea la posición. «No doy nada por perdido. Estoy pensando en Ancares (el sábado), que será el último gran examen, pero Contador no ha mostrado ni una debilidad aún, aunque en la salida, falto de forma, ni me hubiera creído estar donde estoy ahora».

Froome, vencedor del Tour 2013, caído en julio, recibe la admiración de sus rivales, con Contador a la cabeza. «Me motiva correr contra un corredor como Froome porque es un puntal y una referencia en el ciclismo», dijo ayer el líder de la carrera, que se reanuda hoy con un previsible esprint en A Coruña.