La explosión de Yerry Mina y su futuro en el Barça

En el nuevo Museo de la FIFA en Moscú, instalado recientemente en la calle Arbat, se reunían este martes multitud de colombianos para sus últimas fotos y regalos. En sus caras aún se notaba el dolor por la terrible eliminación contra los ingleses en los penaltisdoloreliminación .

Horas antes de regresar a su país, reflexionaban sobre el Mundial de su selección. Todos coincidían en señalar a su nuevo héroe, ese central gigantón que parecía un tipo sin provecho en el Barça y que se ha convertido en una de las figuras del torneo. Yerry Fernando Mina González se ha revalorizado en Rusia con tres goles y una exhibición de poder.

Personalidad y 'perrenque'

Después de jugar 379 minutos en el Barça en cinco meses necesitaba resarcirse en el Mundial. Empezó en el banquillo contra Japón pero resultó decisivo ante Polonia, Senegal e Inglaterra. Tres cabezazos letales para sellar dos triunfos y llevar los octavos a la prórroga milagrosamente.

"Yerry tiene mucha personalidad, fortaleza y ‘perrenque’ [intensidad]. Es todo corazón, en el Barça se le ha criticado demasiado y hasta se han reído de él, pero solo le falta tiempo. Hay que darle minutos. No es ningún tronco, merece más respeto allá", explica Miguel, un hincha de Medellín.

"Ya no se dudará más de él. La camiseta del Barça pesa, pero Yerry es útil. Resuelve problemas", dice un hincha colombiano

A su lado todos compartían los elogios para el central azulgrana. "Ya no se dudará más de él. Es muy joven y ya demostró en el Palmeiras que es bueno. Además le costó 12 millones al Barça, no 140 como Dembélé. Esa camiseta pesa. Tienen a Piqué, tuvieron a Puyol y es difícil, pero Yerry resuelve problemas. Es muy útil", apunta otro aficionado, interrumpido por el más veterano del grupo. "Yerry Fernando será capitán en los próximos años. Tiene más personalidad que nadie. Es nuestra figura del Mundial, todos hablan de él, por delante de Falcao o James".

"Sin Dios nada es posible"

Mientras el Barça acelera las gestiones para cerrar el fichaje del sevillista Lenglet, el Fenerbahce ofrece 30 millones por el colombiano, que desea quedarse. Después de la dura derrota ante Inglaterra fue de los pocos que se detuvo con los medios. Dolido y cabizbajo lo achacó todo al de siempre, al ser superior. "La gloria y la honra es para Dios. Sin él nada es posible", proclamó antes de detenerse a analizar el adiós.

"Espero hacer estos goles el año que viene con el Barça. La confianza que me brindaron aquí fue muy importante" (Yerry Mina)

"Duele mucho, no merecíamos perder después de todo lo que  hicimos. Me voy triste, no vale de nada hacer un buen Mundial en el terreno personal y perder en octavos. Queríamos levantar la Copa", afirmó el defensa azulgrana, deseoso de contar con más oportunidades. "Espero hacer estos goles el año que viene con el Barça. La confianza que me brindaron aquí fue muy importante".

Su compañero Jefferson Lerma, centrocampista del Levante, también estaba hundido, pero prefería quedarse con la parte positiva. "Ante la adversidad hay que sonreír y pasar página. Nos vamos tocados y tristes, pero satisfechos por el compromiso", valoró el pivote, que también tuvo palabras de elogio para el azulgrana. "Yerry es una gran persona y tiene mucho futuro por delante. Puede triunfar al 100% en el Barça".

Prestaciones defensivas

La prensa colombiana, educadísima y afable, se mostraba orgullosa de sus jugadores, empezando por su goleador, un defensa que cautiva por su espíritu, sus bailes y su carisma. También insisten en las prestaciones defensivas del central, inexpugnable por arriba. La salida de balón, en cambio, es el lunar por el que el Barça se plantea su salida. Si llega Arthur, además, sobraría un extracomunitario. 

"Se lo tienen que pensar dos veces. El Mundial que ha hecho Yerry Mina pese a llegar sin ritmo ni confianza ha sido excelente", apunta un periodista de Radio Caracol. El actual ‘pichichi’ del Barça en Rusia ha enterrado una gris temporada con la derrota ante el Levante (5-4) como punto más crítico. En Valencia se hundió Yerry. Un mes después comenzó en el banquillo el Mundial. El martes lo cerró entre lágrimas, pero como un rey sin corona.