El Espanyol se queda a medias en Vallecas

El Espanyol volvió a quedarse a las puertas de lograr su primera victoria fuera de casa de la Liga. Después de tres triunfos consecutivos en Cornellà la visita a Vallecas se presentaba como la oportunidad ideal para reforzar la ilusión, pero el cuadro perico no pudo completar la faena y tuvo que conformarse con un empate (2-2). El atractivo reto de vencer y acostarse como líderes junto a Barça y Madrid no pudo alcanzarse.

Viendo los méritos de la primera mitad el punto puede saber a poco, pero en el global del partido las tablas fueron justas. El Espanyol fue mejor hasta el ecuador del encuentro, capaz incluso de sobreponerse a un tanto y remontar a base de buen juego, paciencia y clarividencia. Todo se vino abajo tras el descanso, cuando el Rayo apretó y fue superior en una ruleta rusa que pudo decantar la batalla a favor de cualquiera. Sin fluidez ni orden, el conjunto catalán perdió el balón y estuvo cerca de llevarse un resultado aún peor.

Darder, suplente

El guion siguió los parámetros esperados en dos equipos dirigidos por Rubi y Michel, cuyos libretos se caracterizan por la ambición y desparpajo. Fue un choque vibrante, de ida y vuelta, sin orden ni dueño claro. En esas condiciones el mayor talento del Espanyol podía decidir, pero el Rayo supo reaccionar cuando estaba cerca de la lona ante un rival que también tuvo recursos para evitar el KO. Al final, el 9 de 9 de los pericos en casa queda oscurecido por un 2 de 12 fuera tras dos empates (Balaídos y Vallecas) y dos derrotas (Mendizorroza y el Bernabéu).

El VAR evitó el ridículo del árbitro al anular un penalti sobre Hernán que era claramente fuera del área 

Rubi volvió a agitar el equipo con cinco novedades en la alineación. La más reseñable fue la suplencia de Darder. Granero y Víctor Sánchez fueron los interiores, mientras que Borja regresó a la punta de ataque. Atrás, Javi López ganó la partida a Rosales y Naldo dejó en el banquillo a Duarte como acompañante del intocable Hermoso.

Borja y Granero marcan

La fragilidad exhibida por el Rayo invitaba a ser optimistas. El cuadro madrileño había encajado nueve goles en sus dos anteriores citas en casa ante el Sevilla (4) y el Alavés (5). Comenzaron bien las cosas para los locales con un gol de Raúl de Tomás, el delantero cedido por el Madrid que estuvo cerca de reforzar a los pericos (m. 5). Un zurdazo ajustado sorprendió a Diego López pero no desestabilizó al Espanyol, que levantó el partido con talento y buen fútbol.

Borja Iglesias acarició el empate tras una gran jugada de Sergio García (m. 13) pero no falló al aprovechar un rechace en un tiro de Hermoso (m. 19). El portero Alberto evitó otro tanto del gallego (m. 28) y Granero selló el 1-2 justo antes del descanso. Un disparo de Sergio García golpeó en el central Ba y acabó en las botas del madrileño, que desniveló un duelo muy intenso que aún depararía múltiples emociones.

Penalti de Dídac

El panorama se empezó a torcer con un riguroso penalti de Dídac sobre Advíncula nada más comenzar la segunda parte. Kakuta lo transformó y devolvió el duelo al punto de origen. ¿Volvería a reaccionar igual el Espanyol que en el primer tiempo? No fue así. El Rayo se vino arriba y causó un cortocircuito en el juego perico, que acabó de agrietarse tras el clamoroso fallo de Dídac Vilà en un cabezazo a puerta vacía (m. 60).

Diego López y Hermoso evitaron el desastre en una doble ocasión de Embarba (m. 73) mientras Rubi intentaba recomponer al Espanyol más apurado de la temporada. La falta de calidad del Rayo evitó males mayores para un equipo que se encontró con un penalti regalado sobre Hernán Pérez (m. 91). El VAR mantuvo las tablas y evitó el ridículo del árbitro en una acción que se produjo claramente fuera del área.