El Espanyol se queda a medias ante un ambicioso Levante

El segundo pulso en cuatro días entre el Espanyol y el Levante acabó como el primero (1-1). Se repitieron las tablas de la Copa pero las sensaciones fueron totalmente distintas. El jueves, en Valencia, el equipo perico fue mejor y quizá mereció algo más. Este lunes, el guion fue diferente. El Levante se adelantó, fue ambicioso y pudo llevarse los tres puntos perfectamente. El impulso y el tesón de los blanquiazules tras el descanso lo impidió, pero el Levante no se amilanó. El público no perdonó esa imagen contra el colista. Los pitos volvieron a retumbar en Cornellà. 

Anticipó Sergio que se vería un choque muy diferente al del jueves, pero las cosas no salieron como planeaba el técnico. Si la Liga es lo que da de comer, como él mismo afirmó, el equipo debe mejorar mucho. Sin un patrón claro de juego es complicado avanzar. La primera parte fue nefasta, la segunda aceptable. El balance global fue un partido insuficiente, con escaso fútbol y solo un tramo de intensidad importante de 25 minutos que evitó el desastre.

FALLO DE ROCO

Con el colista enfrente la lógica invitaba a pensar en un partido relativamente cómodo para los pericos o al menos propicio para practicar un buen fútbol. Error. El farolillo rojo, con su camiseta de color fosforito, pareció el Bayern de Múnich de Guardiola durante muchos minutos. El Levante bailó al Espanyol en el primer tiempo. Ordenado, trabajado, sin dar ni un solo pelotazo, el cuadro levantino campó a sus anchas por Cornellà ayudado, sin duda, por un error garrafal de Enzo Roco (m. 5). El central chileno perdió de forma incomprensible un balón y el colombiano Lerma no lo desaprovechó. Regalo de Reyes con un mes de anticipación. 

Mientras el Levante mostró una determinación, elegancia y clarividencia evidentes, el Espanyol empezó a trompicones, sin un plan claro de juego. El público no pasó por alto esa actuación. Los 15.000 valientes que fueron al Power8 no esperaban quizá una noche extraordinaria de fútbol, pero tampoco un juego sin ningún brillo. Solo hubo dos jugadas reseñables antes del descanso: un mal remate de Víctor Álvarez (m. 10) y un cabezazo de Caicedo (m. 23) que se marchó fuera. La pitada del público a los jugadores fue brutal cuando Velasco Carballo dio por concluida una pésima primera parte.

EL CAMBIO DE ASENSIO

Era obligatorio cambiar en la segunda mitad y el Espanyol lo hizo con puntualidad. Desde el primer segundo el equipo ofreció otra imagen. Marco Asensio, que sufrió un fuerte golpe, se quedó en el vestuario y se produjo una mutación sorprendente. El equipo puso una marcha más sin su cerebro. Entró Gerard Moreno y el 4-2-3-1 se transformó en un 4-4-2 más directo. El exjugador del Villarreal encontró el gol en una buena jugada iniciada por Diop, prolongada por Caicedo y culminada con una asistencia de Víctor Sánchez a Moreno (m. 56).

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El  mito del equipo aspirina, que lamentablemente se ha convertido en realidad demasiadas veces al ser el Espanyol el rival perfecto para aupar a los clubs en apuros, volvió a planear durante muchos minutos. La mejoría del inicio de la segunda parte se desvaneció y el Levante acarició el segundo demasiadas veces: Deyverson marcó en fuera de juego (m. 70), Pau evitó el tanto de Xumetra (m. 73) y Diop apareció milagrosamente para anticiparse a Casadesús (m. 76). En un final alocado y sin dueño, el marcador ya no se movió. El Espanyol se quedó a medias ante el colista y el público despidió al equipo con otra bronca merecida. 

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Ficha t\u00e9cnica","text":"GOLES:\u00a00-1 (m. 5) Lerma, de disparo raso despu\u00e9s de un fallo garrafal del central chileno Roco. 1-1 (m. 56) Gerard Moreno, tras pase de V\u00edctor S\u00e1nchez despu\u00e9s de una p\u00e9rdida del Levante."}}