Toco, me muevo, goleo

Morata, Alba, Iniesta, Silva y Ramos celebran uno de los goles de España ante Turquía

Morata, Alba, Iniesta, Silva y Ramos celebran uno de los goles de España ante Turquía / AP / MANU FERNÁNDEZ

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Son los únicos que juegan a fútbol. Los demás están. Algunos, con Turquía, hasta tuvieron suficiente con clasificarse y haber celebrado hace meses su fiesta. Los hay, como italianos, franceses y alemanes, que cumplen, lo intentan, se saben superiores y favoritos pero, en serio, jugar, solo juega España.

Es verdad que se trata de ganar, de puntuar, de clasificarse, cierto, pero es evidente que cuanto mejor juegues o, al menos, si juegas un poquito, mejor que mejor pues, al fin y al cabo, al margen de esos descerebrados ultras rusos, que encima provocan la chulería de Vladímir Putin, o los profesionales británicos de la bebida, se trata de ofrecer un espectáculo que, tanto en vivo como en directo, cuesta sus millones.

Hasta la fecha solo la roja ha hecho honor a su título y a su estilo, que sigue siendo la posesión y el tiki-taka que ideó el Barça, sobre cuyos cimientos se construyó el campeón de Europa y del mundo. Y no cambió su guión ni siquiera cuando alguien como el turco Tufan, que a los 39 minutos debió ser expulsado, pisotea el divino tobillo del no menos celestial Andrés Iniesta para ver si se asusta y deja de jugar, de hacer magia.

Al final, todo se equilibra

Tras los dos partidos espectaculares de España -ya ni les digo si los comparamos con el resto de victorias de las otras selecciones, entonces son sublimes-, los hay que considerarían excesivo tantos elogios. Cierto, pero los piropos se otorgan a quien se los merece y España no ha hecho otra cosa, en 180 minutos ante checos y turcos, que recibir esta lluvia de gracias, de aplausos.

Los habría que, tras este inicio tan hermoso, lindo, que diría él, no las tendría todas consigo. Y, en ese sentido, me estoy acordando del bueno de Tata Martino, que, en su año en el Barça, cuando algunos de sus jugadores fueron cayendo como moscas lesionados (Víctor Valdés, gemelo; Dani Alves, soleo; Javier MascheranoJordi Alba y hasta Leo Messi, bíceps femoral) un día explicó a los suyos que "cuando uno lleva tanto tiempo ganando, imponiéndose, siendo el mejor, liderando el fútbol, capitaneando el juego ofensivo, acaparando títulos, hay alguien, no sé si allá arriba o donde, que va tomando nota de todo y, en cuanto puede, equilibra las cosas".

Es evidente que lo difícil es que España juegue mejor de lo que está jugando y, por tanto, el de arriba, o el que sea, tiene más posibilidades de equilibrar las cosas a favor de los otros que si la roja no jugase como juega. Pero esos, los otros candidatos, deberán jugar mejor si pretenden amargarle otro título a Iniesta&Cia. ¡Menudo sprint y quiebro de Iniesta a Tufan en el 39.50! ¡vaya sombrero de don Andrés a Ozyakup en el 45.58! ¡caray con el pase del papá de Valeria y Paolo Andrea en el tercer gol! Y el estadio entero acabó coreando su nombre.