Una plata para enmarcar

Con el tiempo, Río se convertirá en una referencia obligada. Igual que lo fueron los Juegos de Los Ángeles-84 para el baloncesto masculino, con aquella generación única de Solozábal, Epi, Jiménez o el malogrado Martin, que se enfrentó a los Estados Unidos de un emergente Michael Jordan. Aquella fue la primera plata. La que sirvió de inspiración a la generación de Navarro  y Gasol. La final olímpica de Brasil es desde este sábado el nuevo Everest para el baloncesto femenino. La cima que han logrado conquistar, no sin esfuerzo, un grupo de jugadoras que, de forma individual, están dejando una huella personal, pero que agrupadas en torno a la selección han hecho historia.

Frente a EEUU, presente con una de los mejores equipos de siempre, la selección española disfrutó de su momento de gloria, y aunque no se escondió e intentó competir, cayó víctima de la avalancha de talento que se le vino encima (101-72). Las americanas, que han ganado todos sus partidos en Río por una medida de 38 puntos, se impusieron con mucha facilidad. La derrota no tapa el sabor dulce que deja el partido en el equipo español, por mucho que duela la caída en estas primeras horas. Es una medalla de plata para enmarcar.

"Es sobre todo una medalla para la historia", proclamó el técnico Lucas Mondelo, "Hace dos años jugamos la final del Mundial y ahora, esta. Pocos equipos hay que lo puedan decir. Este grupo se lo merece todo".

"Es una pasada, aún no somos conscientes de todo lo que significa. No me la voy a quitar en toda la semana", aseguró la capitana Laia Palau. "Esta medalla marca un camino. Espero que sea importante para el baloncesto y le de más visibilidad. Cuando era pequeña, veía esto por la tele y pensaba que me gustaría estar aquí. Ahora espero que haya muchas  niñas mirando que piensen lo mismo". "Detrás de esta medalla hay mucho trabajo y mucha ilusión", añadió Alba Torrens. "Poco a poco asumiremos lo que hemos hecho, conscientes de que es algo muy difícil de repetir. Pero también que es la recompensa al trabajo de este grupo durante todos estos años", remarcó Silvia Domínguez.

Estados Unidos hizo lo que se esperaba. Golpeó con todas sus fuerzas en la final. No pierde desde Barcelona-92 en los Juegos. Llegó con 48 victorias consecutivas a la final  y en todo este tiempo solo ha perdido un partido, contra Rusia, en el Mundial del 2006. Según una valoración de ESPN, seis de las mejores 20 jugadoras de la historia de la NBA femenina integran el equipo que vino a colgarse el oro a Río, a las órdenes de Geno Auriemma, el técnico de Connecticut, campeón universitario en chicas en las últimas cuatro temporadas. Era un reto al filo de lo imposible.

ESPEJISMO INICIAL

Aun así, España salió dispuesta a plantar cara y se permitió el lujo de sostener el pulso a su rival durante el primer cuarto, en el que incluso llegó a disponer de algunas ventajas. El acierto de Alba Torrens y Ndour lanzó al equipo en los 10 primeros minutos. Torrens, a quien el seleccionador define como una jugadora de dibujos animados, sumó 10 de los primeros 17 puntos del equipo, y Ndour acertó con dos triples que colocaron un irreal 14-17 para España en el minuto 9.

Pero ni así la selección cerró el parcial por delante. Diana Taurasi, tres oros olímpicos, tres anillos de la NBA y seis Euroligas, inició su particular exhibición desde el triple (5 de 7) y las pívots, especialmente Britnney Grinner (2,03) y Elena Delle Donne (1,96), impusieron su ley en las zonas, y convirtieron la final en una autopista por la que EEUU transitó a velocidad de crucero hacia el título. Las diferencias no pararon de crecer, hasta que las americanas levantaro el pie del acelerador en el último cuarto, el único parcial en el que se impusieron las españolas, que nunca bajaron la cara. 

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