España planta cara a EEUU pero queda fuera de la final

Gasol entra a canasta ante Cousins.

Gasol entra a canasta ante Cousins. / periodico

LUIS MENDIOLA / RIO DE JANEIRO (enviado especial)

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Por tercera vez lo intentó España. Por tercera vez dio la cara frente a las estrellas de la NBA, en esa batalla permanente por derribar una gigantesca barrera. No lo consiguió y la derrota frente a Estados Unidos (76-82) la llevará a pelear por la medalla de bronce este domingo, pero con su actuación la generación de Pau Gasol, seguramente, volverá a ganarse el reconocimiento del planeta. Como en Pekín. Como en Londres. Enfrente, en la lucha por la tercera plaza, se encontrará con Australia, que cayó ante Serbia en la otra semifinal (87-61). 

El físico de EEUU, más que el talento, fue el que marcó diferencias. Esa es una barrera complicada de salvar. Mientras tuvo energía, la selección aguantó el paso a su rival, siempre de la mano de un Pau Gasol monumental  (23 puntos y 8 rebotes) por mucho que no haya estado a su máximo nivel en Río.

Klay Thompson, la estrella de los Warriors,con 22 puntos y cuatro triples, fue una de las claves ofensivas del equipo estadounidense, por delante de Kevin Durant, autor de 14 puntos, aunque DeAndre Jordan, con 9 puntos y 16 rebotes, fue quien  apuntaló a EEUU dentro de las zonas.

Estados Unidos, que suma 75 victorias consecutivas, y no pierde desde las semifinales del Mundial de Japón, en el 2006, buscará su tercer título desde Pekín-2008. La selección, una tercera medalla olímpica consecutiva en el partido por el tercer y cuarto puesto con el que cerrar un viaje de leyenda.

ÁRBITROS, PROTAGONISTAS

El rebote fue un quebradero de cabeza para los jugadores de la selección, su mayor vía de agua durante todo el encuentro. Con muchos más centímetros y envergadura, EEUU lo dominó con claridad (53 rebotes, 21 ofensivos  por 41 de España). Y  cada rebote ofensivo era una condena para el equipo de Scariolo. Hasta 13 capturaron antes del descanso. Así empezaron a abrir brecha (13-21, m. 7) .

También empezó España con unos pésimos porcentajes en el lanzamiento exterior. Gasol fue el único que anotó en los nueve primeros lanzados, lo que fue un lastre para las opciones de la selección, a la que tampoco benefició el discutible criterio arbitral que , a los cuatro minutos, habían señalado dos faltas a Ricky Rubio, intenso en defensa, autor de tres robos de inicio, que se tuvo que ir al banquillo para no forzar.  

Los árbitros condicionaron el juego por la sucesión de faltas en la que se convirtió el encuentro. Cinco técnicas antes del descanso, tres en contra de España, marcaron los planes de Scariolo muy negativamente. Las tres llegaron por protestar más que posibles faltas en la pelea por el rebote. Alguna de ellas resultó crucial. Como la cuarta falta de Mirotic, tras recibir una técnica, antes del minuto 18.

TRABAJO COLECTIVO

Aun así, España fue capaz de encontrar recursos, de ir sumando argumentos en la contienda, de jugar con la suficiente inteligencia para no perder el paso. La eficacia de Gasol, la chispa de Rudy y Sergio Rodríguez, la pelea de Reyes, la frescura de Hernangomez, le sirvieron para mantenerse en la pelea en el descanso (39-45).

No desfalleció el grupo de Scariolo en la segunda parte, aunque su inferioridad en el aspecto físico era manifiesta. Intentó suplir sus carencias actuando con cabeza, con más ayudas defensivas, compartiendo mucho más el balón, e intentando darle más protagonismo a Pau Gasol en ataque, su mejor alternativa, ante el día apagado en el lanzamiento de los exteriores. Cada vez que alguien se sumaba a la carga de Gasol, bien Llull, bien Sergio Rodríguez, el marcador se estrechaba (56-61, m. 28). En cuanto se atascaba ofensivamente el equipo, volvia a abrirse la brecha para Estados Unidos, implacable cara a canasta (57-66, m. 30).

Esa dinámica se mantuvo al final, por mucho empeño que puso España, cada vez más lejos de la orilla, sin permitir que Estados Unidos se escapara (69-78, m. 38), pero sin la energía suficiente para cambiar un encuentro que volverá a sumar en el haber de una generación única.  

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