El eurobásquet de Eslovenia

España se desfigura camino de cuartos

Serbia aguarda en el cruce tras la derrota en la prórroga con Italia

Rudy, con el balón, trata de superar a Cusin, con Gasol al lado, ayer.

Rudy, con el balón, trata de superar a Cusin, con Gasol al lado, ayer.

LUIS
MENDIOLA

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A cada paso que da en el Europeo de Eslovenia, la imagen de España se distorsiona más, hasta el punto de que a los cuartos de final del torneo, en los que se medirá mañana con Serbia, llegará un equipo casi irreconocible en juego respecto al de anteriores campeonatos y además desconcertante en sus maneras.

Frente a Italia sufrió ayer el tercer patinazo en el torneo (86-81) después de los de Eslovenia y Grecia. Por suerte, no necesitaba el triunfo. Croacia le hizo el trabajo sucio al vencer en el partido previo a Grecia, dejándole franco el camino. Por suerte, porque la selección en este torneo está demostrando que no es de fiar, que es un equipo de alma voluble y escasa consistencia, lo que no se corresponde desde luego con el talento que atesora en el banquillo, a pesar de todas las bajas.

Lo que se vivió ayer frente a Italia fue decepcionante. La selección dejó escapar un partido que tenía controlado por 15 puntos (45-60, m. 32), bien entrado ya el último cuarto. Se desmoronó igual que hizo en sus dos anteriores derrotas, permitió a su rival que remontara la desventaja, forzara la prórroga (70-70) y se llevara un victoria que ni los propios azzurri hubieran creído posible.

En apenas tres partidos frente a tres equipos de clase media, España ha perdido buena parte del respeto que había obtenido de sus rivales, que ahora la miran desafiante, sin miedo a las consecuencias.  Ese nuevo escenario es en un alto porcentaje culpa de la selección y sus derrotas en el Europeo son la penitencia.

NI CON UN GASOL GENIAL / Ni siquiera le sirvió a España una actuación excepcional de Marc Gasol, cerrada con dobles figuras (32 puntos, 10 rebotes). Es tal la desconexión del equipo en algunos momentos, que ni siquiera el liderazgo de su estrella basta. La selección es un bloque intermitente, que se reivindica a través de la defensa, pero que se desconecta con una facilidad pasmosa.

Sucedió en el primer cuarto, cuando concedió una ventaja de 12 puntos (24-12) en un visto y no visto. Y volvió a suceder en el último periodo, después de que España le diera un vuelco al marcador y construyera una ventaja de 15 puntos (45-60). A partir de ese instante, Italia firmó un parcial de 6-23 (68-66) que volvió a meterla en el partido y le hizo creer en sus fuerzas para rematar en la prórroga.

Metido desde el primer minuto en problemas, al equipo español no le tocó más remedio que remar, y con fuerza, en el segundo cuarto. Por momentos, con un quinteto sin Rudy, Marc y Ricky, España dinamizó el juego y corrió de la mano de Rodríguez y Llull como no lo ha hecho hasta ahora y eso le permitió meterse de nuevo en la pelea (37-37 en el descanso).

Fue en el tercer cuarto, cuando Marc Gasol dictó su lección  magistral. Anotó 15 de sus 32 puntos y se mostró imparable para los italianos, enrededados además en una defensa zonal que los colapsó.

La confianza que mostraba España y las diferencias parecían presagiar un desenlace más que tranquilo. Nada más lejos de la realidad. El cortocircuito llegó igual que el día de Grecía y Eslovenia sin que Orenga lo pudiera remediar. El parcial de 6-23 liderado por un descomunal Gentile, un alero de 20 años llamado a convertirse en una estrella (16 puntos de sus 25 entre el último cuarto y la prórroga), dio paso a cinco minutos extras (70-70) y volvió a enseñar el perfil más vulnerable de la selección, un negro presagio para lo que se viene encima.