NUEVO ÉXITO DE LA NATACIÓN SINCRONIZADA

El dúo enamora a ritmo de tango

Fuentes y Carbonell bordan su actuación en la final y conquistan la plata

Carbonell y Fuentes, ayer, en pleno ejercicio, camino de la medalla de plata.

Carbonell y Fuentes, ayer, en pleno ejercicio, camino de la medalla de plata.

LUIS
MENDIOLA

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El tiempo debió pararse para Andrea Fuentes y Ona Carbonell, después de su espléndida ejecución de la final del dúo de sincronizada. Abandonaron el agua sin perder de reojo el marcador, donde debía aparecer su nota. Después, enlazadas por la cintura, con la sonrisa aún dibujada en su rostro, aguardaron el veredicto en la plataforma que da acceso a la piscina.

De repente, se alzó un inmenso murmullo en las gradas del Aquatic Centre, que se convirtió en una atronadora ovación. Fuentes y Carbonell empezaron a mirarse desconcertadas y a preguntarse «¿qué es, qué es?» sin saber muy bien a qué atenerse. Hasta que entendieron que los aplausos de la gente, en realidad, eran para ellas. Hasta que vieron que los brazos en alto de Anna Tarrés y de su ayudante Beth Fernández eran por la medalla de plata por la que han trabajado hasta la extenuación desde hace cuatro años.

Ese momento que pareció interminable, en realidad, acabará por convertirse en eterno para Fuentes y Carbonell, triunfadoras en la exigente misión de asumir el legado de Gemma Mengual, y de cargar con la responsabilidad de repetir la plata en dúo y también por equipos de los Juegos de Pekín.

UN VÍDEO MOTIVADOR / Perdida la batalla con las intocables rusas Natalia Ishchenko y Svetlana Romashina, que volvieron a colgarse el oro con una puntuación cercana a la perfección (197,100), el reto para Carbonell y Fuentes era remontar la décima de desventaja de la pareja china. «Vamos a demostrarles que mañana brillaremos más que nunca», se juramentó Fuentes y ayer tanto ella como Carbonell cumplieron la promesa con una demostración de fuerza y de pasión que enamoró al Aquatic Centre, que se dejó llevar por los compases deLa Comparsita.

Los jueces puntaron ayer el ejercicio del equipo chino con un 96,770. Pero elevaron la nota de España hasta el 96,900, muy por encima de lo que hicieron 24 horas antes (96,590) reconociendo el paso adelante dado por el dúo español, que se pasó toda la noche revisando el vídeo de la rutina libre para ver cómo dar el salto del bronce, con el que empezaron la jornada, a la plata.

Después de eso, llegó el efecto sorpresa que se guardó Tarrés para afrontar la final y subir la adrenalina del equipo: un vídeo montado por Álex, el cámara de la federación, que recogía las imágenes del último año y medio de trabajo, desde la peregrinación conjunta en el camino de Santiago hasta llegar al podio de Londres.

«Estamos felices», admitió Tarrés, que se fundió en un abrazo nada más acabar con Ona y Andrea y también con su ayudante, Beth Fernández, para dejar ir toda la emoción contenida hasta aquel instante. «Lo teníamos difícil, pero han puesto pasión, emoción y fuerza para hacerlo mucho mejor que ayer», apuntó Tarrès, que se reconoció afortunada por su equipo de trabajo. «Para Onna, que debutaba a este nivel y con tanta presión, solo tengo palabras de felicitación. Ha sido un placer trabajar con ellas, por su dedicación y su disciplina, Son un regalo para cualquier entrenadora», aseguró Tarrés, que ha vuelto a llevar al éxito a la sincro española.

«La vida es flipante. Solo tengo palabras para estar contenta y disfrutar. No sé, estamos superadas por todo esto», soltó con la misma frescura que transmite Andrea Fuentes, la líder del equipo, la compañera de Mengual en el dúo de Pekín, a la que ya ha superado en el medallero (tres platas por dos de la exnadadora). «Estoy feliz y muy agradecida por el apoyo de la gente. Los necesitábamos para remontar», añadió Ona Carbonell, que abandonó rápidamente la piscina para ir a comer. Eran las cuatro de la tarde pasadas y tanto Andrea como Ona habían iniciado la jornada a las seis de la mañana. El dúo dejará la celebración para más adelante. Aún les espera la competición por equipos a partir de mañana para confirmar que España sigue en la cima de la sincronizada.