El día que Robert Redford deja de mirarte

Hay poca gente más admirada queRobert Red

ford ¿verdad? Quién no se ha relamido con sus actuaciones, su personalidad y esa manera de atraer, encantar, seducir, centrar todas las miradas y todos los focos como si no quisiera ser protagonista, pero deseando ser el rey de la fiesta.

No hace mucho le preguntaron aBarbara Maltby, productora que trabajó durante años conRedford, su opinión sobre el actor y director, su capacidad para adueñarse de la escena, fuese la que fuese. «Cuando fija su mirada en ti, te sientes como si hubieras ganado la medalla de oro. Pero cuando deja de mirarte, considérate olvidado; ha pasado al siguiente». Y lo decía con dolor.

Da la impresión de que José Mourinhohace tiempo que, a su faceta de matón, ha añadido la de seductor. Sobre todo en el interior del vestuario del Madrid. Yo, personalmente, no me creo que losnacionales, como llaman los tertulianos madrileños aCasillas,Sergio Ramos,Albiol y demás, empiecen a cuestionar el ordeno y mando deMou. Y mucho menos me creo que el cuerdo y sensatoXavi Hernándezhaya sido capaz de hacerles reflexionar, en dos charlas en la selección, sobre la posibilidad de queMourinholes esté llevando a todos a la ruina por más que, en efecto, el Madrid, desde la llegada del portugués ganador,The Special One, haya cambiado el fútbol por la bronca, la confianza por el estrés, la seguridad por el victimismo, el honor por el descrédito, el juego por el resultado y la autocrítica por el desprecio a los árbitros.

Lo siento, pero no me lo creo. El comportamiento de este Madrid, que segúnMouse encuentra «incómodo» cuando le plantean el mismo partido que él plantea al Barça, es decir un duelo a cara de perro, camorrista, chusquero, es plenamente asumido por jugadores, directivos, presidente y buena parte de la crítica capitalina. Y eso es, realmente, lo más peligroso, que ahí dentro no hay nadie, nadie, que piense que un club tan histórico y con esa solera no puede tirarse al suelo y decir que le han robado. Y es que me temo que cuando les mira Mouse creen que van a ganar el oro.