la ronda española

Dani Navarro vive su gran día en la Vuelta

El líder del Cofidis demarra con fuerza y gana en solitario

Dani Navarro estalla de alegría al cruzar la meta de Cabárceno en primera posición por delante de Dani Moreno.

Dani Navarro estalla de alegría al cruzar la meta de Cabárceno en primera posición por delante de Dani Moreno.

SERGI
LÓPEZ-EGEA

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Las amistades no cuentan sobre una bici. Los amigos, en ciclismo, son para las celebraciones, como ayer, cuando Alberto Contador, en el podio, se le acercó por detrás a Dani Navarro. «Hoy no me he movido para que ganaras la etapa». Ambos se abrazaron. Ambos andaban a la greña, porque en otra época Navarro había sido el gregario de Contador hasta que aceptó la oferta del Cofidis para convertirse en su líder. Y el miércoles, cuando el ciclista asturiano se disponía a atacar en San Miguel de Aralar para ganar la etapa, no solo una vez, sino dos, fue Contador quien lo neutralizó. Y eso no lo entendió Dani. «Me cabreé mucho con Contador».

Al jersey rojo le llegó el disgusto de su amigo y el viernes, en la aburrida etapa de Logroño, se le acercó para explicarle su razón. «Salí a tus ataques porque Froome no andaba bien y con tus cambios de ritmo él se podía quedar». El británico es el ciclista que más preocupa al madrileño, sobre todo a partir de hoy, con tres etapas de alta montaña consecutivas, en el corazón de Asturias.

Y de Asturias es Dani Navarro, al que le susurraban en la llegada de Logroño que ayer podía tener su oportunidad en el parque natural de Cabárceno, un paraje de ensueño, un zoo en el que parece que los animales vivan en libertad. «No es para mí». «Que sí que es para ti, que hay un repecho en el que si atacas y te vas nadie te va a pillar». Le hablaba a Dani, otro asturiano, José Enrique Cima, el único periodista que en sus años mozos fue ciclista profesional, con dos victorias de etapa en la Vuelta y triunfos en generales de carreras como la Setmana Catalana.

Y en el repecho se fue Navarro, con dos kilómetros y medio a la meta que se le podían hacer eternos y donde lo difícil era mantener la distancia con un pequeño pelotón en el que solo quedaban los buenos, atacándose entre sí; Froome, capturado por Valverde; Contador, pendiente de todos, y Purito, al acecho.

Navarro ni miró para atrás, adiós al enfado con Contador, el fin a un año de desgracia por culpa de las enfermedades. «Desde octubre del año pasado me estaba preparando para el Tour. Ya se empezó a torcer la temporada en la Volta, que abandoné con fiebre. Pero lo peor llegó en el Tour. Me había dejado ir en la general para poder escaparme y el día de mi cumpleaños, en la única etapa de calor, comencé a vomitar; todo lo que tomaba, hasta el agua. Con 36 grados tuve que poner pie a tierra en el avituallamiento». Dani, un año antes, había obsequiado al Cofidis con un top ten en el Tour.

VICTORIA EN EL DAUPHINÉ / «Con 29 años acepté la oferta del Cofidis para convertirme, por fin, en un jefe de filas después de haber trabajado para otros líderes como Heras, Vinokurov, Klöden y finalmente Contador». Hasta ayer su mayor gesta como ciclista había sido una victoria de etapa en el Dauphiné. «Ahora todo lo que venga en la Vuelta será un regalo, aunque intentaré terminar entre los 10 primeros, algo extraordinario para mí y para mi equipo porque esta edición es una de las mejores de la historia».

Ya tiene la etapa y el abrazo no solo de Contador en el podio, sino de sus compañeros, encabezados por el Lince de Andalucía, Luis Ángel Maté, que tiene un as escondido en la manga para una escapada.