Chapecoense: una tragedia evitable

Aficionados del Chapecoense acompañan en las calles de la ciudad de Chapeco el paso del cortejo funebre de las las victimas del tragico accidente.

Aficionados del Chapecoense acompañan en las calles de la ciudad de Chapeco el paso del cortejo funebre de las las victimas del tragico accidente. / EFE

JOAQUIM PIERA / SAO PAULO

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Autonomía de vuelo: 4 horas y 22 minutos. El tiempo exacto necesario para enlazar Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Medellín (Colombia). No había margen de error. Se incumplían todos los protocolos internacionales de seguridad. Aproximándose al aeropuerto de Rionegro surgió el imprevisto. Un avión de Viva Colombia que hacía la ruta San Andrés - Bogotá realizó un aterrizaje de emergencia al detectar un fallo en la medición de combustible. 

Fueron cinco minutos en círculo. El combustible se agotó. El vuelo chárter de la compañía boliviana LaMia, que llevaba la expedición del Chapecoense hacia su primera final continental, se estrelló en un cerro a 30 kilómetros de su destino. El balance, 71 muertos y solo 6 supervivientes: dos integrantes de la tripulación, tres jugadores y un periodista. Acababa de ocurrir la mayor tragedia aérea de la historia del fútbol. Un abarrotado estadio Arena Condá homenajeó al equipo ante los ataúdes de las víctimas.

La aeronave, modelo Avro RJ85, con capacidad para 100 pasajeros, convertida ahora en amasijos era la misma que había trasladado, menos de 20 días atrás, a la albiceleste, con Leo Messi a la cabeza, de regreso a su país tras ser humillada por la Canarinha de Neymar (3-0).

PRECIO ASEQUIBLE

El Chapecoense, la Asociación de Fútbol Argentina y hasta 30 equipos sudamericanos habían contratado los últimos años los servicios de una empresa con una flota formada por un único avión. El motivo de tanta demanda, el precio más asequible que los chárteres de las compañías tradicionales que operan en el continente.

La reducción de costes y la imprudencia de una aerolínea que driblaba la reglamentación acabó formando un cóctel mortal. LaMia fue advertida por las autoridades bolivianas que necesitaba combustible para 30 minutos más de vuelo. “Lo haremos en menos tiempo”, fue la respuesta dada. Nadie les impidió que despegaran. Paralelamente, la compañía pasó a la agencia competente colombiana un plan de vuelo falso. Indicaba que despegaría de Cobija (Bolivia), restando 940 kilómetros a su verdadera ruta.

FIN DEL SUEÑO

El dramático y repentino fin del ‘Chape y la solidaridad de su rival, el Atlético Nacional, hermanó Brasil y Colombia en el luto, la conmoción y la consternación. Se enterraron las rencillas causadas por los ríspidos choques entre ambos países, desde que Juan Camilo Zúñiga dejó KO a Neymar en el Mundial 2014, terminando allí el sueño canarinho de conquistar el ‘Hexa’.

El vigente campeón de la Libertadores, por cuenta propia, se dirigió a la Conmebol y pidió que otorgase el título de campeón de la Copa Sudamericana al ‘Chape’. En el mismo horario en que se tendría que haber disputado la final, el estadio Atanasio Girardot, de Medellín, y todos sus aleñados, se tiñeron de miles de hinchas del Nacional vestidos de blanco y con una vela encendida. Brasil lloró de emoción por un tributo descomunalmente inesperado.  

Solo la CBF -y el Internacional de Porto Alegre que propuso cancelar la última jornada de Liga para salvarse en los despachos del descenso a la Serie B- han dado la nota. El presidente de la Confederaçao, Marco Polo Del Nero, no estuvo en Medellín. No sale del territorio brasileño desde el 27 de mayo de 2015. Ese día, huyó de Zurich, cuando la policía local, a pedido del Departamento de Estado de los Estados Unidos, detuvo a varios dirigentes acusados de corrupción, entre los que estaba su antecesor y estrecho colaborador, José María Marín.

CESIÓN DE JUGADORES

Los clubs brasileños, en una unidad de acción sin precedentes, se lanzaron a la reconstrucción del ‘Chape’. Anunciaron que cederían jugadores y solicitaron a la CBF que impidiese un posible descenso del equipo catarinense en las tres próximas temporadas.

Siempre en contra dirección, Del Nero presionó al presidente en funciones del ‘Chape’ para alinease juveniles y convirtiese “en una gran fiesta” el último partido de Liga. Su rival, el At. Mineiro, con mucho más cordura, anunció que “por respeto a los fallecidos” no se presentaría y que aceptaría las consecuencias. Mientras, la ciudad de Chapeco, aún bajo estado de shock, realizó este sábado los funerales para despedir el equipo milagro del 2016. Enter aplausos y ovaciones, miles de personas recibieron en el estado del Arena Condá los 50 ataúdes con los restos mortales de 19 jugadores y de gran parte de la directiva y el equipo técnico del club.