La ronda ciclista francesa

Benditos sean los Alpes

Nibali se defenderá hoy y mañana en los primeros episodios de alta montaña frente al australiano Porte y el español Valverde La cordillera llega sin cumbres famosas y con un calor determinante

SERGI
LÓPEZ-EGEA

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Dicta la lógica, tan poco frecuente en el ciclismo, que un líder incuestionable, en este caso Vincenzo Nibali, cuando mira las montañas, hoy y mañana los Alpes, por duras que sean las cuestas, solo ve territorio aliado para confirmar y hacer más poderoso su firme dominio -hasta ahora- al frente de la general del Tour.

«Quién quiera pensar que el Tour está decidido es que no tiene ni idea de las sorpresas que da esta carrera. Y con todo lo que falta». La reflexión llegó ayer por teléfono desde Pamplona, vía José Miguel Echávarri, tantas y tantas veces triunfador en París con Miguel Induráin y con Pedro Delgado. Porque el veterano director, ya retirado pero no ajeno al ciclismo contemporáneo, ni entiende ni comprende algunas tácticas que ha observado por parte del conjunto Astana y porque durante muchos años fue el técnico y consejero de Alejandro Valverde, al que observa «comprometido, responsable, atento y concentrado como nunca lo había visto en el Tour».

Echávarri ve carrera. Y no es el único. Porque hoy, en ruta desde Saint Etienne hasta Chamrousse, primera subida de los Alpes, con la personalidad propia de la cordillera (los ascensos alpinos son más largos que los pirenaicos, en este caso, 18 kilómetros), va a hacer muchísimo calor, hasta el punto de que puede afirmarse que la temperatura hará estragos en el Tour, hasta 36 grados; un infierno, diferente al de los adoquines, un tiempo que seca la garganta y agota los músculos de los más débiles o de los corredores que no son de secano, como por ejemplo lo es Valverde.

En unos Alpes sin cimas famosas, a excepción del Izoard, mañana, y con Chamrousse, donde solo se ha subido una vez, para la gloria que fue y ya no es de Lance Armstrong (2001), meta de hoy. Y con la cima inédita de Risoul, donde el ausente Nairo Quintana sentenció en el 2010 el Tour del Porvenir, su presentación oficial al mundo. Y deben ser unos Alpes en los que Nibali deberá reivindicar que está listo para la victoria en París.

Los triunfos de 'El Tiburón'

Sin embargo, hay que tener en cuenta que El Tiburón ha ganado una Vuelta (2010), pero fue una ronda española que difícilmente se le habría escapado a Igor Antón si no se cae en Cantabria y luego a Joaquim Purito Rodríguez si no llega a hacer la peor contrarreloj de su vida en Peñafiel. Un Nibali que, en cambio, sí venció el año pasado en el Giro, con un tiempo casi polar, con una etapa suspendida y, eso sí, frente a rivales que no están en este Tour (Evans y Urán). Un Nibali que en septiembre pasado sucumbió en la Vuelta ante el estadounidense Chris Horner, cuarentón, ahora clasificado en un discreto 16º puesto.

Nibali, si actúa como hasta ahora, difícilmente cederá. Es la lógica. Pero las montañas, el calor y las situaciones estratégicas del Movistar y el Sky (Richie Porte, segundo), así como los movimientos de los delfines franceses Romain Bardet y Thibaut Pinot, pueden poner la carrera patas arriba. Benditos sean los Alpes.