Europa, ni contigo ni sin ti

Los expertos llevan tiempo intentando dar con la fórmula que convierta la nuestra, en una cultura europea  consolidada. Y es que, en un continente relativamente nuevo en el que nadie nos ha hablado de lo que significa ser europeo, parece que no hay ninguna razón de peso que nos haga sentir más identificados con un eslovaco que con un australiano.

Crear una cultura a través de la multicultura. Ese es el problema. Con 24 idiomas oficiales y 5 con estatus semi-oficial el problema se agrava.

Escocia concretamente no se ha preocupado de Europa hasta que se ha hablado de salir de ella. Si bien popularmente no se distingue con claridad lo que supone formar parte o dejar de estarlo, parece que no poder acceder a ser estado miembro despierta cierto recelo en la sociedad escocesa. Los inmigrantes hablan de la posibilidad de tener que marcharse y los originarios de aquí temen verse solos en este gran océano.

Preocupados ya por la posible pérdida de algunas de sus fuerzas comerciales, desconocer si una Escocia independiente va a cerrar las puertas a una Escocia europea puede condicionar, en gran medida, el resultado de la consulta del 18 de septiembre.

Si es verdad que una Europa más fuerte tendría más posibilidades de plantarle cara al continente de las hamburguesas y los perritos calientes; pero por lo visto aún no han encontrado la receta perfecta. Homogeneizar el idioma de forma realista, o el papel de los medios de comunicación en el intercambio cultural serían unos buenos ingredientes para el entrante; aunque aparentemente eso de cambiarle a Pepe los toros por una película francesa subtitulada no es una tarea de fácil ejecución.

Estudiante de Comunicación. Edimburgo.