una vecina de ciutat vella...

Teresa Muñoz, escritora: "En el Gòtic hay cosas chungas, pero también fantásticas"

La autora de la novela 'Des del balcó' recrea en ella la posguerra en el Gòtic, allí donde creció y vivió hasta los 26 años

Teresa Muñoz, autora de la novela 'Des del balcó', posa en el patio del parvulario Baixeras, al que acudió,

Teresa Muñoz, autora de la novela 'Des del balcó', posa en el patio del parvulario Baixeras, al que acudió,

CARME ESCALES / BARCELONA

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Madre e hija cruzan la plaza Reial. La madre, Teresa Muñoz (Barcelona, 1974), es la autora de la novela Des del balcó(editorial Amsterdam), uno de los libros que salieron a caminar este Sant Jordi, igual que lo hicieron tantísimos pies sobre el Gòtic ese reciente 23 de abril. En sus calles y plazas se inspira la última obra de esta escritora que creció en ese barrio en el que hoy su hija Emma, de 5 años, al pasar junto a un hombre que duerme su borrachera estirado en la plaza Reial, le dice a su madre: "Silencio, mama, que aquí hay un compañero que duerme". Es así como la pequeña ha aprendido, de sus maestras, a respetar el descanso de sus compañeros en su escuela, en el distrito de Gràcia. Allí vive ahora Teresa Muñoz con su familia, pero ella es del Gòtic, donde fue al parvulario en un lugar asombroso para una niña.

"Subíamos la escalinata y el portero, con frac, nos decía buenos días", rememora. "Me acuerdo que había una sala con un gran piano", dice. "¡Y el patio! En el patio había una fuente con peces. El parvulario ocupa parte de un antiguo palacete, en el que había vivido la condesa de Sobradiel, y me hace una ilusión loca volver a entrar en él hoy", expresa Muñoz.

UN CUENTO DE HADAS

Escalinata, piano y aquella fuente en el patio. "Yo lo recuerdo todo como con un cuento de hadas -dice Muñoz-. El Gòtic es así, un barrio de muchas sorpresas. Detrás de cualquier puerta no dirías nunca que puedes encontrarte con uno de esos patios con una gran escalinata".

Des del balcón también descubre parte de ese Gòtic en el que creció la autora de la que es su segunda novela. "El libro es todo ficción, pero inspirado completamente en cosas reales. Expresado en presente, pero refiriéndose siempre al pasado", dice. Y a medida que Muñoz va echando mano de su infancia y vida hasta los 26 años en ese barrio, te das cuenta de que todas sus vivencias son el poso que perfuma y da color y sabor a su última obra. Como si toda la historia del barrio que le fue contando su familia -"todo lo que he ido mamando", precisa- hubiera estado esperando el momento de que esta vecina, licenciada en Filología Catalana, se sentase a escribir.

LA YEGUA CARETA

Entre las calles de Ferran y de Escudellers, los bisabuelos maternos de Muñoz abrieron una trapería. Ocupaba los bajos de la finca frente a la actual vivienda de sus padres. "Recogían papel y tenían una báscula industrial. ¡Y un caballo! Bueno, era una yegua, que yo ya no vi, pero de la que todavía tenemos fotos. Se llamaba Careta", explica quien, gracias a ese negocio familiar que luego llevó su abuelo, haría tanta vida en esa calle y en el barrio.

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En medio de cuatro hermanos varones, Muñoz pedaleaba el Gòtic en su bici, como hace hoy en la ciudad. "Yo he crecido en medio de muchos peligros callejeros. En el barrio había yonkis. Era algo salvaje", dice. "En mi colegio, el Baixeras, fui de los pocos alumnos de mi promoción que hizo bachillerato -expone-. La delincuencia callejera respetaba a los vecinos del barrio, pero a mí me ha dejado un radar para calar a los carteristas. Todo aquello me ha hecho ser como soy hoy".

"No hay semana que no baje al barrio, y me gusta traer a él a mi hija, para que vea ambientes diferentes. Aquí hay cosas fantásticas y cosas muy chungas", indica la literata, profesora en la Escola d'Escriptura de Lleida. Drogadictos, borrachos y chorizos de su reciente novela Des del balcó no son, para ella, cien por cien ficción. En el Gòtic, con ellos creció.