Proyecto de la Agencia Espacial Europea

El satélite 'Gaia', listo para hacer un atlas de 1.000 millones de estrellas

ANTONIO MADRIDEJOS / Barcelona

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El telescopio Gaia, una de las joyas de la ciencia espacial europea, despegará mañana desde la base de Kurú (Guayana francesa) para una misión de cinco años cuyo objetivo es confeccionar un atlas de la Vía Láctea que incluirá, según la previsión, nada menos que 1.000 millones de estrellas y un número impensable de asteroides, enanas marrones, agujeros negros, exoplanetas, quásares y otros objetos del firmamento.

Gaia supone una revolución por la cantidad y la precisión de los datos suministrados. «Esperamos multiplicar por 10.000 los conocimientos actuales sobre nuestra galaxia. Nunca ha habido nada igual», destaca Jordi Torra, catedrático de la Universitat de Barcelona (UB) y uno de los científicos líderes de la misión.

Tras 15 años de gestación y luego de diversos problemas técnicos que han retrasado a última hora el despegue, el satélite ya se encuentra acoplado definitivamente al cohete Soyuz VS06 que se encargará de colocarlo en órbita. El lanzamiento, que está previsto a las 10.12, hora española, será el sexto que efectúa el clásico lanzador ruso desde Kurú.

CÁMARA DIGITAL / Gaia, construido en Toulouse por Astrium, con la colaboración de industrias de 16 países y una participación destacada de España, pesa poco más de 2.000 kilos y tiene una forma de prisma hexagonal de tres metros de diámetro, sin contar el enorme parasol protector que se desplegará una vez en órbita. Entre otras prestaciones deslumbrantes, el satélite estrenará la mayor cámara fotográfica jamás puesta en órbita, con un plano focal de 1.000 millones de píxeles, y dos

telescopios también únicos que funcionan de forma coordinada enfocando en direcciones opuestas.

«Los instrumentos de Gaia son tan precisos que desde la Tierra podríamos observar los ojos de una persona situada en la Luna», pone como ejemplo Carme Jordi, astrónoma de la UB y también miembro del equipo. El símil de la ESA es igual de espectacular: la sonda verá en el cielo objetos con un brillo 400.000 veces menor de lo que es capaz de detectar el ojo humano.

Para sus observaciones, Gaia se colocará en una órbita a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, en el llamado punto de Lagrange o L2, un lugar alejado de las influencias gravitatorias del Sol o la Tierra que le aportará la deseada estabilidad sin tener que gastar mucha energía para mantenerse. Allí, la nave girará lentamente -a un ritmo de cuatro vueltas por día- barriendo el cielo con sus dos telescopios. «Observar desde el espacio nos evita las interferencias de la atmósfera y las perturbaciones ocasionadas por el movimiento de la Tierra», recuerda Carme Jordi. El satélite será monitoreado continuamente desde la Tierra a través de una red de telescopios. Así se podrá conocer la posición con una precisión de unos 100 metros.

Durante su vida útil, Gaia no solo pretende observar 1.000 millones de estrellas -el 1% de nuestra galaxia-,

sino que en cada una de ellas fijará su vista un total de 70 veces, lo que permitirá definir con gran precisión su posición, su distancia a la Tierra y posiblemente diversas propiedades físicas, como  la temperatura, la luminosidad y la composición química. Según la ESA, más del 99% de las estrellas que ahora serán analizadas nunca han sido estudiadas con precisión. Además, se espera catalogar 200.000 asteroides. «A diferencia de otras misiones concebidas para observar zonas concretas, Gaia lo rastreará todo -insiste Torra-. Es el primer gran censo de la Vía Láctea».

EL PARASOL ESPAÑOL / Al margen de la cámara y los telescopios, la misión cuenta también con diverso instrumental de última generación. El astrómetro, que es el elemento principal, servirá para determinar la posición de las estrellas, mientras que el fotómetro y el espectrómetro separarán la luz para analizar su espectro. Otra pieza clave es el parasol, diseñado y construido por la empresa española Sener, que se desplegará hasta alcanzar 10 metros de ancho y que permitirá que los sistemas se mantengan en la temperaturas gélida (-170º) necesaria para su buen funcionamiento.

En total, en diversas fases del diseño o la construcción han participado diversas empresas españolas (Crisa, EADS Casa, Mier, GMV, Rymsa, Sener y Thales Alenia Space España) y en el análisis de los datos tendrán un peso capital diversos centros, como la UB, la UNED, el Barcelona Supercomputing Center y el Grupo Gaia Galicia, entre otros. Asimismo, la antena de Cebreros (Ávila) será una de las dos empleadas para la recepción de los datos suministrados por la sonda.