EL ADN DE LA SEMANA

Pesca

Todo el aumento de la producción mundial en los últimos años procede de la acuicultura

PERE PUIGDOMÈNECH

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La Organización de la Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) acaba de publicar su informe bianual sobre pesca y acuicultura, con datos sobre el consumo y producción. Aunque algunos los consideran parciales, son importantes para entender el estado de los océanos y para organizar el futuro de la producción de pescado y crustáceos.

El informe de la FAO nos habla de un consumo creciente de pescado. Si en 1960 se consumía una media de 9,9 kilos de pescado por persona en el mundo, ahora estamos en más de 20. Entre 1960 y 1990 el aumento procedía sobre todo de la pesca que se convertía en actividad industrial. Desde entonces las cosas han cambiado. El mismo informe recuerda que en 1974 un 90% de las especies se pescaban de forma que sus poblaciones se podían recuperar, pero que en el 2013 menos del 70% eran capturadas de forma sostenible. De ahí el aumento de la acuicultura. Según los datos de la FAO, todo el aumento de la producción de pescado en los últimos 20 años ha venido de la mano del cultivo. Es el caso de diversos peces pero también de crustáceos como las gambas, de moluscos y de plantas y algas. Ya nos hemos acostumbrado a que especies como el salmón o la dorada sean cultivados en el mar.

La situación es objeto de crítica. Hay quien piensa que los datos son probablemente precisos para los países más desarrollados, pero que no reflejan lo que ocurre en países del Sur puesto que se basan en fuentes oficiales que son a menudo parciales. Los datos reales de capturas serían muy superiores. También se discuten los efectos ambientales de la acuicultura. Se ha observado que en lugares fríos pueden contaminar las aguas. Además, la mayoría de las especies son carnívoras y necesitan ser alimentadas con harinas de peces que proceden de la pesca. Todo ello nos dice que mucha gente ha incorporado el pescado a su dieta, algo que en general está aconsejado, pero también que hay trabajo por hacer para que el paso de las capturas al cultivo se haga con los mínimos efectos sobre el medio ambiente.