Marte, un territorio hostil sin recursos valiosos

El reciente descubrimiento de agua en zonas alejadas de los polos y la detección de trazas de metano en la atmósfera han reanimado el interés por Marte, pero nadie que quiera hacerse millonario vendiendo recursos mineros elegiría el planeta rojo como primera opción.

"Desde un punto de vista de la explotación de recursos, Marte no parece atractivo. Aunque hubiera metales muy escasos -y ahora no parece que los haya-, su transporte hasta la Tierra lo haría inviable, enormemente costoso", explica Fernando Rull, investigador del Centro de Astrobiología de Madrid y de la Universidad de Valladolid y participante en las próximas misiones de la ESA y la NASA que colocarán un vehículo en la superficie de Marte (ExoMars 2020 y Mars 2020). "Si nos interesa conocer los posibles recursos de Marte es para saber si podrían servir para abastecer una colonia humana, aunque creo que pasarán todavía muchos años para que eso suceda. Imagínese: ¡Si aún no hemos resuelto el problema de cómo volver!", insiste Rull.

Lo mismo opina Ignasi Casanova, profesor del Departamento de Ingeniería de la Construcción de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), que ha colaborado en diversas misiones espaciales. "Marte es esencialmente muy parecido a la Tierra, por lo que no es de esperar que tenga algo que aquí sea muy escaso". Otra cuestión es la creación de una misión científica de exploración. No solo hay agua, aunque por ahora sea de difícil acceso, sino que se "han identificado materias primas que podrían emplearse para la construcción", dice el profesor de la UPC.

En cualquier caso, precisa Casanova, hay que ser prudentes "porque llevamos dos décadas oyendo que en breve se enviará una misión tripulada a Marte". "Todas las previsiones han sido excesivamente optimistas", añade. En su opinión, primero habría que aprender a viajar sorteando el problema de la radiación y a mejorar los sistemas de propulsión, entre otros aspectos.

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El cultivo en Marte es poco factible -el ambiente es gélido y el terreno no tiene nutrientes-, por lo que la única posibilidad sería hacerlo en ambientes controlados, como en la novela 'El Marciano'. "Soy muy escéptico con los planteamientos que vemos en el cine -dice Rull-. Por ejemplo, creo que si hay alguna posibilidad de vivir en Marte es hacerlo en cuevas, protegidos de la radiación y de la temperatura. Si el agua fluyó en grandes cantidades en épocas pasadas, es posible que se formaran huecos en el terreno. "Además -dice Casanova-, una cosa es una pequeña misión científica y otra es una población respetable que viva en Marte de forma permanente. ¡Es muy diferente!"

UN HERMANO PLANETARIO

"Marte nos interesa esencialmente por dos aspectos", resume el investigador del Centro de Astrobiología. "El primero -dice- es porque no hay nada tan parecido a la Tierra en nuestro entorno cercano. Como fueron dos planetas hermanos hace millones de años, su estudio nos permitirá conocer las fuerzas que lo llevaron a convertirse en un planeta muerto. No sabemos si ese será nuestro futuro. Obviamente, el segundo aspecto es crucial: detectar otras formas de vida, lo que supondría que no estamos solos en el Universo, el descubrimiento más extraordinario de la humanidad. Esto es lo que motiva que se hagan grandes y costosas misiones".

La Agencia Espacial Europea (ESA) aprobó recientemente los fondos para el 'rover' de exploración del programa ExoMars, que será lanzado en el año 2020. La NASA tiene en marcha diversos proyectos de exploración, como Insight, un vehículo geofísico para estudiar el subsuelo, y Mars2020, dedicado a bucar vida. Está asimismo el proyecto del millonario Elon Musk, fundador de Tesla y PayPay, quien con su empresa Space X anuncia viajes tripulados a Marte a partir del año 2024. Y, por supuesto, también hay programas en entredicho, como MarsOne, que ahora ha aplazado hasta el 2031 el envío de los primeros 'colonizadores'.