¡Mala suerte!

La primera polémica científica del año surge de un artículo publicado en la revista Science que sostiene que la causa principal de los tumores es, según dicen literalmente los autores, la «mala suerte» de los individuos. Aunque este resultado está de acuerdo con datos anteriores, muchos hubieran preferido que el mensaje hubiera sido algo más matizado.

Los tumores se producen cuando se manifiestan unos cambios en un grupo preciso de genes. Estos cambios pueden estar presentes en el ADN de los individuos y hablamos entonces de efectos de la herencia, pero pueden aparecer también por acción de agentes externos como ciertas radiaciones y productos químicos por errores de la maquinaria que sintetiza el ADN cuando las células se dividen. Por tanto, se puede prever que en los tejidos donde las células más se dividen aparecen más tumores, y eso es lo que demuestra el trabajo. No han considerado casos importantes como los tumores de mama o de próstata porque están influidos por hormonas.

La conclusión más llamativa es que el factor más importante (un 65%) en la aparición de tumores es el que proviene del número de divisiones que se produce en un tejido. Por ejemplo, hay más tumores en el colon que en el intestino delgado porque en este último las células se dividen menos. Factores más controlables como la herencia o el estilo de vida influirían menos.

El resultado es coherente con la observación de que los tumores se producen sobre todo en personas mayores y con la idea de que ahora hay más tumores porque la gente no se muere de otras causas. Sostiene también que en muchos casos tenemos que hacer más énfasis en el diagnóstico precoz que en la prevención. Lo que no dice es que no podemos hacer nada por disminuir tumores como es el caso del de pulmón por efecto del tabaco. La suerte favorece a los preparados, decía Pasteur, pero la mala suerte también puede empeorar para aquellos que se lo buscan.